El Norte de Castilla, 10 de marzo de 2007
Antaño todas las casas sensatas tenían un frasco con alcohol de romero. No había varapalo, ciática, tumefacción, achaque, contusión, tropiezo, calambre o hipotermia que no hallara su rápida remisión gracias a unas friegas con la solución atávica.
Pero esto era antes de que el alcohol y la friega perdieran su reputación. Las cosas ya no se arreglan con alcohol de romero; se arreglan creando webs. No hay problema, conflicto, marrón, pendencia, injusticia, abuso, desfachatez o locura que no se pretenda sortear con una de estas nuevas cositas que se pueden pinchar desde cualquier parte del mundo a cualquier hora del día y de la noche.
En el terreno político la tentación de aplicar una web a la zona afectada está siendo enfermiza. Ahora, sin esfuerzo, sin diligencia, sin ideas, la clase política siempre puede crear una web y quedar como Cagancho en Las Ventas.
En el mundo virtual los problemas no escuecen de veras y las soluciones no necesitan oler a romero. Así que las pizarritas que usan los nuevos propagandistas para sus tormentas de ideas ya traen de fábrica la frase «crear una web». La última es municipal, va sobre la igualdad de sexos y en el Ayuntamiento todavía no se explican por qué hace veinticinco años no teníamos ya una.
©Rafael Vega

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Actualización

¡QUÉ PICO TIENE, OYES!
Si usted accede a la página en cuestión puede encontrarse con un texto introductorio firmado por Javier León de la Riva, del que he extraído estos luminosos párrafos:

Este III Plan (…) adquiere materialidad en la enumeración sistematizada de casi un centenar de acciones positivas, cuya inclusión en el Plan ha estado condicionada al contraste previo tanto de su pertinencia, como de su viabilidad material y económica, y su eficacia potencial y real.

El grado de participación en el proceso de elaboración de los sujetos responsables de la ejecución de las acciones incluidas en el Plan (…) vaticina un compromiso hondo y estable que redundará, sin duda, en el óptimo desarrollo del mismo.

El III Plan Municipal de Igualdad se ha vestido y revestido de principios que la experiencia irrenunciable para la satisfactoria consecución de los objetivos planteados (sic). Y de entre estos nuevos principios inspiradores aplicados, quizás sea “la transversalidad” el que haya irrumpido en nuestros postulados de forma más radical. La transversalidad implica que la igualdad entre géneros, considerada como premisa, ha de serlo de todas aquellas políticas, proyectos, programas y actuaciones puntuales que se gesten y desarrollen.

Yo me perdí en el primer párrafo. ¿Algún alma caritativa podría explicarnos qué diantres quiere decir el alcalde?