El Norte de Castilla, 8 de diciembre de 2007
Desconozco el modo en que lo han averiguado pero los responsables de la Unión de Consumidores de España aseguran que durante esta campaña navideña gastaré, junto con mi familia, 856 euros. Ya supongo que la cifra, por muy precisa que parezca, no es vinculante, que lo mismo puedo pasarme un pico como no llegar y que ello no supondrá quebranto alguno ni para mí, ni para los agoreros de la UCE.Quizás la cifra obedece a una estimación que debieran tener más en cuenta los comerciantes y no los consumidores, pues son ellos los interesados en el trasiego pecuniario y quienes, a la postre, propiciarán o evitarán su cumplimiento. En este sentido, y con todo respeto a los encargados del análisis prospectivo de la UCE, acaso sea muy aventurado dictar una cifra cuando ésta depende del encarecimiento irracional de los productos, ése que tantas veces acaba provocando histerias cuando el fin de año arrastra subidas más propias del fin del mundo.Y en cierto modo da igual cómo hayan averiguado los sensatos amigos de la UCE la pasta que vamos a gastarnos y en qué, el porcentaje de la misma que irá al estómago o a la basura. Firmaríamos ahora mismo todos los implicados en esta farra desmedida si el susto no se pasa, finalmente, de la raya.