El Norte de Castilla, 24 de febrero de 2007
La parca tercera es sañuda. No hace una luna cortó el hilo de Criado y ha tenido que fijarse en Gaona. Andaría cerca, se dedicaban a lo mismo: pastoreaban luces y sombras, aunque no por un sentido paternalista del deber o por una misión beatífica, sino porque les daba la gana. Sabían que la libertad desconcha las paredes, desgasta la pana, enfría los estudios. Pero en los reinos libertarios las manchas de la pared son frescos irrepetibles y las grietas de las ventanas son respiraderos. La libertad y la comodidad andan reñidas desde los tiempos de Homero. Es lógico que por donde una se pasee, la otra ni aparezca.
Domingo inventó la mirada limpia, la síntesis de doble sentido, la esperanza escéptica. Sus viñetas en EL NORTE durante los coletazos del franquismo y la transición advertían a un pueblo timorato y obediente de que la cabeza puede elegir entre albergar órdenes o ideas. Gabino se lleva consigo la curiosidad intacta y trazos que preguntaban de continuo «¿por qué no?».
Hace unos años, durante un homenaje a Enrique Gavilán Estelat, Gabino Gaona y Cuadrado Lomas templaron a la audiencia con las anécdotas del Grupo Simancas, una constelación de soles que el poniente va invadiendo poco a poco. Vidal, Criado, Gaona. Anochece.
©Rafael Vega