Hace unas horas, el obispo negacionista William Richardson ha abandonado Argentina de la peor manera posible. Oculto bajo una gorra, el religioso se apresuraba a tomar el vuelo cuando fue abordado por un equipo de televisión. Le preguntaron sobre su arrepentimiento y, naturalmente, el arrepentimiento se marca desde la jerarquía pero han de cumplirlo otros. Vean como le enseña el puño al periodista mientras es amparado por un séquito de guardaespaldas. Ojo por ojo, ojo al cuadrado.