Este truco de magia espectacular lo colgué hace días (“El fósforo que levita”, en la sección “Magia y curiosidades”). A petición de un par de lectores impacientes, y cumpliendo mi compromiso (aunque a regañadientes), desvelo aquí cómo se hace.
1. En primer lugar, tomamos dos cartas. Pegamos sedal de pesca transparente o un material similar como se indica en la imagen. Luego, las unimos con pegamento. De este modo queda oculto el papel adhesivo y la urdimbre.
2. Lo demás viene rodado. Colocas la carta en la mano, pones encima el fósforo o la colilla de un cigarrillo (imagen inferior). Combas la palma y los hilos comienzan a tensarse, elevando el fósforo de la discordia. Luego, para causar mayor efecto y “demostrar” que no hay truco, pasas un bolígrafo o un cigarro por debajo y voilà: consigues que el niño que está dándote la sobremesa descanse un poco y abra la boca de asombro; tanto, que parece que van a operarle de anginas y ni va a sentir dolor.