UN VÍDEO IMPAGABLE SOBRE LA LLEGADA DEL HOMBRE A LA LUNA
El día 20 de julio habrán visto, leído o escuchado una ingente plaga de reportajes sobre el 40.º aniversario de la llegada del hombre a la Luna, en la zona del Mar de la Tranquilidad, que de mar tiene bien poco pero, de tranquilidad, mucha. TVE tenía programado un espacio especial sobre el particular y estoy seguro de que uno se lleva a la cama la sensación de que el periodista Jesús Hermida, corresponsal en EE UU cuando se produjo el alunizaje y quien lo narró para España, fue quien pisó el satélite terrestre, porque Hermida construyó su carrera profesional pivotando sobre aquel acontecimiento y su protagonismo o su ego ha sido la sustancia de su espíritu que más cerca han estado de aquella cosa redonda que vemos al anochecer.
A lo largo de la carrera espacial, que tuvo lugar durante la Guerra Fría entre las dos superpotencias, la propaganda jugó un papel esencial. La cuestión era quién pisaría primero aquel paraíso silente. Los rusos se dieron la primera vuelta por el espacio con Yuri Gagarin. Tanto la URSS como los Estados Unidos se empeñaron también en experimentar y, en vez de montar en aquellos aparatos estrafalarios a personas indeseables y ver qué pasaba una vez lanzados, colocaron en su lugar sobre los asientos de aquellas cápsulas infernales a perros, monos y demás familia. No ubicaron a los periquitos de Melanie, los de la película de Hitchcock, de milagro. Desde la perrita Laika al macaco Sam, dos de los países que más quebraderos de cabeza nos han producido experimentaron con todo lo que se movía. Algunas guerras o episodios terribles se hubiera ahorrado la especie humana si la nave hubiese sido inmensa y los astronautas los hubieran regalado un billete de ida para que pastasen a 400.000 kilómetros. Laika pasó a ser poco menos que una heroína nacional soviética y, en lo que concierne a Sam, seguro que hubo otros Sam en cantidades industriales que fueron fulminados. Ya saben que se dice que el hombre y el mono se parecen bastante, aunque reconozco que a mí me cuesta bastante encontrar similitudes entre ambas ramas naturales, entre otras razones porque yo me afeito cada dos o tres días y a los simios no les hace falta.
El caso es que el alunizaje tuvo lugar, como se ha comprobado hasta la saciedad. Neil Armstong dijo que fue un pequeño paso para el Hombre pero un gran paso para la Humanidad. El Hombre ha avanzado tecnológicamente muchísimo; de hecho, gracias a la cirugía estética, muchos no son reconocidos por sus padres; y en cuanto a la Humanidad, dejémoslo estar, ¿eh?
El Apolo 11 llegó, vio y venció. Pero los lunáticos continúan dejando huella sobre la faz de la Tierra, que cada día parece más territorio extraterrestre. Si abrimos un diario, sabremos de lo que estamos hablando.
La aventura del espacio exterior ha calado en el interior. Y no crean que esta disciplina es sólo patrimonio de las culturas más avanzadas. En Castilla y León hacemos nuestros pinitos en el ámbito extraterrestre. Desde Boecillo hemos parido un satélite, el Deimos-1. Deimos gracias a Dios, pues. Es modesto; ocupa casi lo que una caja de zapatos de los de Manolo Blahnik, pero a millón de euros, aproximadamente. Nosotros no somos demasiado ambiciosos, así que este juguete va a ser utilizado para controlar el campo, el campo de la agricultura. El director del proyecto es el astronauta español Pedro Duque, quien a través de la empresa Deimos Imaging va a echarle un vistazo al yermo campo castellano y leonés, para ver las extensiones de los señoritos que ejercen de agricultores pero no a título principal. Lástima que el ojo satelital no entre por las ventanas de los despachos, pero no se puede tener todo. La madrina institucional (mejor, el padrino) fue el consejero Tomás Villanueva, uno de los hombres fuertes de la Junta y del partido que le da sustento. Villanueva, gran superviviente gracias a su libro de cabecera “El arte de la guerra” del general chino Sun Tzu, hizo su aparición en el proyecto. Villanueva está un poco crecido para encajarlo en el satélite, pero porque el Gobierno regional ha sido tacaño; con un poco más, el camino del consejero estaría trazado. Tampoco las editoriales se han comido el coco, porque podrían haberle escrito a Villanueva un hipotético “El arte de la guerra de las galaxias”, para que se lo llevase puesto Allá.
Todo el día hemos sido bombardeados con la gesta. Pero llama la atención que muchos programas radiofónicos o algunos diarios centrasen su atención en la posibilidad de que todo fuese un montaje de la NASA y que el acontecimiento fuese rodado en un estudio. En esto hay para todos los gustos. Hay una sociedad estadounidense, de la que forman parte miles de asociados, que aún piensa que el planeta Tierra es plano. En fin…
Sobre las teorías de la conspiración, saludos a sus amantes. Hoy he decidido recuperar una entrada que colgué en febrero sobre el asunto. En este vídeo, podrán comprobar científicamente que el alunizaje se produjo. Y punto. En cualquier caso, dediquemos unas palabras a Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins, que sustituyeron a los monos y a los perros en la aventura. Gracias, muchachos, porque hicisteis un buen trabajo; un trabajo a medias, porque no previsteis que juntos podríais haber reunido a una buena hornada de indeseables y haberlos llevado con vosotros. Más que nada para haber respirado mejor durante unos años.
EL VIAJE A LA LUNA… ¿FUE UN MONTAJE DE EE UU?
Seguro que muchos habréis oído hablar de la siguiente conspiración: los americanos no fueron los primeros en pisar la Luna, todo fue un montaje rodado en estudio para que prevaleciese la supremacía de la NASA frente a la agencia espacial de la URSS, etcétera. Bien… Dejémoselo a los frikers de turno. Una de mis aficiones es la ciencia y el progreso de la especie humana (en las contadas ocasiones en que se produce). Esta afición abarca muchas disciplinas, pero hay programas de entretenimiento que son mucho más que eso. Desde hace años disfruto de “Los cazadores de mitos”, un espacio que emite Discovery Channel, y creo que ahora también una TV generalista. Os cuelgo el vídeo de YouTube en el que Adam Savage y Jamie Hyneman demuestran sin contemplaciones que las imágenes de aquel viaje no fueron un truco hollywoodiense. Pongo sólo la primera de las cinco partes, porque la página os llevará a las siguientes.