VEAN AL JEFE DE PRENSA DEL MINISTERIO DE TRABAJO ABRONCANDO A UN PERIODISTA DE T.V.E
Después del verano, en la cadena de televisión estatal, y pública, van a cambiar… algunas cosas. De entrada, va a desaparecer la publicidad, o eso ha anunciado el Gobierno. Parte de los gastos de este entramado los pagaremos todos y otra porción correrá a cargo de las privadas e, incluso, de las compañías de telefonía. Veremos.
Ahora bien, lo que no va a cambiar es el talante de los jefes de prensa (o de comunicación, como se dice ahora). Como ya se ha comentado en este blog, la política se blinda con sus jefes de prensa. Ya saben, frasecitas como “el presidente no va a hacer más declaraciones”, “este tema no es oportuno ahora”, “el ministro esto o el alcalde lo otro”. Vean un ejemplo, de los miles que se producen a diario, del despotismo de este jefecillo de prensa. Esta gente pretende controlarlo todo: sobre qué hay que hablar y si le resultará inconveniente a “su señorito”. Los periodistas acuden a las ruedas de prensa como convidados de piedra. El político les coloca el titular o la frasecita ingeniosa que le ha escrito el siervo y a callar.
Las imágenes no dejan lugar a dudas: el preboste de la comunicación de Celestino Corbacho, el ministro que gestiona que algunos hagan su trabajo, se muestra a la antigua, comportándose al más puro estilo fascistoide. Le dice al redactor que ya se enterará de quién es y que hará todo lo posible para que no vuelva al Ministerio. Eso, como poco. Vean y aprendan.
Por cierto, a la pregunta del personajillo de “voy a pedir quién (sic) eres para evitar que vengas al Ministerio”, la respuesta es facilona: Él, el periodista de TVE, somos todos los españoles, menos tú. Y a ver si aprendes a hablar, comunicador; qué es eso de “voy a pedir quién eres…”.
Quedémonos con el nombre del sujeto: Manel Fran i Trenchs. Es decir, Manuel Franco con Trenzas. (Es una traducción del catalán que acabo de inventarme pero que viene a cuento.)