Sin darnos apenas cuenta, hemos creado un monstruo. Franco parió el bicho, uno más, el 28 de octubre de 1956. La idea giraba en torno al entretenimiento y la formación del espíritu nacional, y que los españolitos vivieran en un cuento de hadas, una fábula llamada España (la suya). En aquellos días se mostraba la agotadora actividad del Caudillo inaugurando pantanos. Nunca le agradeceremos lo suficiente al dictador lo que hizo para que abrieses el grifo y manase el agua, casi del mismo color que las que escondían a los buzos, sufridos trabajadores que le enganchaban al propio Paquito los enormes salmones que, en la superficie, tiraban para atrás, porque llevaban muertos unos cuantos días. Daba igual: los pescaba Franco y todo el mundo a callar.
Cuando el número de salmones comenzó a reducirse, inconscientemente, llegó la democracia a España; aquel país era parecido al del viejo padre de la patria, pero apuntaba maneras. El Rey se estrenó como Jefe del Estado, se redactó la Constitución, fuimos incluidos en la OTAN y nos admitieron en la Europa capitalista.
De todos estos episodios fue testigo Televisión Española, la tele de todos… ya saben. Pero en 1990 llegaron las cadenas privadas: o lo que es lo mismo, el fin del pensamiento único televisivo. Ya saben, todos esos logos que ven a diario en su televisor, a las que se sumaron otras, autonómicas o no. La Corporación Radiotelevisión Española es eso, una corporación, un término empresarial que suena de miedo. Corporación: es decir, gigantismo, Poder, gasto, personal; Poder.
RTVE era uno de los juguetes del gobierno de turno: despilfarro, escándalos, ceses, advenimientos. Poder. Y un agujero de 6.000 millones de euros que no hacía más que crecer desaforadamente, como las malas hierbas. Los trabajadores de la empresa comenzaron su andadura como funcionarios pero, a medida que mutaba el Ente Público RTVE, sus funcionarios sufrían el mismo trance. Ahora… todo legal, ¿eh? Hasta que se le reventaron las bisagras a la cadena de toda la vida. Los impagos del monstruo eran ya insoportables. Y las televisiones privadas clamaban ante las autoridades que les dejasen el mercado publicitario para ellos solitos, porque acusaban a TVE de competencia desleal, de regalar espacio comercial a cambio de mejores precios… Ya saben la historia.
De la mano del Gobierno de Zapatero, se sentaron en un despacho radiotelevisivo durante una interminable temporada un grupo de pretendidos expertos. Lo bautizaron así: Comité de Sabios. (Permítanme que me ahorre la carcajada.) La idea era que, como sabios, pensasen; qué vas a pedirle a un sabio si no…
No hay que ser un genio para darse cuenta de que lo fácil era echar a la calle a la gente. Por más que estirasen los surcos de sus cerebros, los sabios no alumbraron otra posibilidad. Es la misma conclusión a la que llegaría cualqier imberbe con un máster en el portafolios: hay que aligerar de personal este edificio. Parecía que los espectadores demandaban caras nuevas, que entrase el aire fresco a través de los ventanales, así que se convocaron reuniones sindicales y comenzaron a pactar bajas voluntarias y prejubilaciones. Quien pasase de los 50 años, a la calle, cobrando una pasta hasta los 65, pero a la calle. Poco importaba la valía del despedido: a-la-pu-ta-ca-lle; y no te quejes, que ingresarás un sueldazo por no dar un palo al agua.
Las riadas no respetan nada de lo que se encuentran a su paso. Y si la inducción de esa formidable masa de agua aparece publicada en el Boletín Oficial del Estado, vas listo.
Rosa María Calaf, Carmen Enríquez, Cristina García Ramos, José Antonio Maldonado, Sebastián Álvaro, Fernando Argenta (y su ‘Conciertazo’)… Profesionales que daban prestigio a las emisiones de la criatura. La lista es muy larga: todos incluidos en un ERE o en un pacto. En el expediente nadie les dice que no sirvan para nada, o tal vez sí; es sólo que nacieron en la fecha equivocada. Queremos sangre joven y caras guapas. Si no saben hacer la ‘o’ con un canuto, les aplicaremos nuestra forma de redondearla.
[Todo esto sin contar los daños colaterales. De la nómina de pateados formaba parte Agustín Remesal. En la tele lo hacía bien. Pero ahora, como tiene tiempo, le llaman para que presente eventos de copete. Sin ir más lejos, hace algunas fechas asistí a uno en el que el maestro de ceremonias fue el ex corresponsal. El acto consistía en una entrega de premios a los empresarios del año en Zamora, coincidiendo con las fiestas de la ciudad. Acudieron, por orden, Juan Vicente Herrera, Tomás Villanueva, Miguel Alejo, Rosa Valdeón, Manuel Vidal… Una extensa lista. Y, créanme: Agustín Remesal gana mucho en las distancias… largas. Para mí fue todo un descubrimiento, por inédito; nada que ver con lo que esperaba de Alejo, que merece un capítulo para él solo. Y cuando digo “merece”, lo hago en toda la extensión de la palabra. En fin, casi todo plúmbeo a más no poder.]
Pronto llegará septiembre y TVE dejará de emitir publicidad, o eso anuncian fuentes gubernamentales. No vayan a pensar que por sí misma la medida llevará calidad a sus monitores de plasma, porque las cosas no funcionan de ese modo en España. La Corporación necesita liquidez y no duden de que van a proporcionársela otros, probablemente usted o yo, directa o indirectamente. Nosotros, al fin y al cabo.
El panorama televisivo va a cambiar… sí, para que la vida siga igual. Pero no todo son malas noticias. Sin moverse de su PC y de la Internet que lo ralentiza, podrán recuperar espacios que forman parte del pasado. De hecho, RTVE cuenta con una página web en la que usted podrá resucitar fragmentos de toda una vida. Su Corporación de cabecera le ha provisto de contenidos que puede manejar a su antojo. Son cosillas de andar por casa: Televisión a la Carta, videoteca, fonoteca, hemeroteca. TVE le dice que puede copiar el enlace de su oferta y hacer con ella lo que desee: puede bajarse un programa, un episodio, álgo de música. Todo es fácil: copiar + pegar. Y puede insertarlo en su página o blog para uso y disfrute de quien acceda a su humilde rinconcito.
Éste es el sitio en el que cuelgan los contenidos:
http://www.rtve.es/mediateca/videos/
Las buenas noticias duran poco en la casa del pobre. Hay vídeos a los que no tendrá acceso, aunque no me crea. Puede verlos en streaming. Significa que prácticamente habrá de chuparse toda la secuencia en el propio enlace pero no le dejarán insertar el código en su querida y currada web. ¿Por qué? Sencillo: a TVE no le da la gana; para qué vamos a meternos en harina de otro costal. Tal vez le digan que el contenido está sometido a copyright. Le hablarán de derechos sobre parte de su parrilla y le dejarán que manosee otra porción con total libertad. Ahora, amigos míos: tengan cuidado con lo que dicen, porque les va a tocar el gordo.
Por ejemplo: esta noticia sobre las medusas en nuestras playas cuenta con el visto bueno de la Corporación para que se lo lleve al ciberespacio. Si le apetece, puede comentarlo o colgarlo en YouTube o empresas por el estilo. Como ya sabrá, vivimos en una democracia, así que las opiniones se lanzan con libertad, aunque respetando los derechos fundamentales y personales de cualquier cosa que respire. TVE considera que este vídeo es digno de ser casi suyo. Copie y pegue, sin más. Y hable de él, ándele…
Este verano hay menos medusas en nuestras playas
Lo que TVE no le permitirá ‘manosear’
El siguiente enlace quizá le condene al infierno. Puede verlo, pero hasta ahí. No dé su opinión ni al cuello de su camisa o tal vez le ocurra algo bueno, como me ha sucedido a mí: que le añadan a una lista de amigos. Ya les avancé en un post anterior el porqué de éste. De momento, disfruten de la música en este cálido y corto verano. Aléjense de las medusas y de especies que pican con más saña que ellas. Tengan paciencia y perdónenme por la extensión de esta entrada, ¿eh?
http://www.rtve.es/mediateca/videos/20090714/concierto-anos-tve-catalunya/544577.shtml