Todo el mundo está de acuerdo: comerte una barra de pan cuesta dinero; ir al cine, también; comprar un cedé, ídem del lienzo. Leer un buen libro es un placer, y prestarlo a quien no pueda comprarlo, difusión de la cultura. Compartir con otros todo lo anterior significa un compromiso. Ramoncín o Rosarillo afirman que la música es cultura. Por sus obras los juzgaréis, pues no todo lo publicado, grabado o emitido constituyen sinónimos de patrimonio digno de ser elevado a los altares, aunque sí preservado. Que la ministra González-Sinde ha hipnotizado al presidente Zapatero es un hecho. El Gobierno pretende crear una comisión para clausurar páginas de intercambio de archivos sin que lo decida un juez. Mal asunto cuando un grupo corporativista se salta la Constitución y los tribunales para dar carpetazo a la libre circulación de contenidos por Internet. Los sitios P2P están cubiertos por la legislación vigente. Un tipo comparte un archivo con otro y a disfrutarlo en la intimidad; otra cosa es que una web aloje obras con derechos y una empresa se lucre con ellos sin que los autores perciban un solo euro por la descarga. Pero cerrar con alegría institucional un dominio es propio de una dictadura. En China lo hacen y aquí ponen el grito en el cielo.
Otra especie de ‘talib’ patrio es el ministro del Interior de España. El BOE publicó el 24 de noviembre la nueva ley de tráfico, una norma que lleva implícito un afán recaudatorio salvaje, envuelto en coartadas tan bienintencionadas como falsas. Entren en la web del dichoso boletín y comprueben que si sobrepasan en un kilómetro la velocidad marcada en una autopista le impondrán una sanción de cien euros. Según el texto, si usted viaja a 121, las autoridades le saquearán la cartera. De este asunto se habló y alguien dijo que habría manga ancha, pero al final lo escrito va a misa. Cómo diablos puede controlar un conductor diferencias tan sensibles. Rubalcaba despliega un pico de oro muy celebrado en el Consejo de los viernes. Cuando comience a aplicarse el régimen de sanciones, no sólo será de oro el pico, sino el resto del cuerpo. El discurso progresista del PSOE aburre ya hasta a sus incondicionales. Pero esos votantes se están hartando, se lo digo yo. Con la inteligencia no se juega.
Publicado en El Norte de Castilla el 5 de diciembre de 2009