El tiempo ha demostrado que estar siempre cabreado puede considerarse una inversión. La sonrisa y el buen talante tan solo acarrean sinsabores y frustración. El presidente Zapatero es el adalid del optimismo y el respeto hacia el contrario, pero esas maneras se truecan en palos por doquier. En cambio, las malas formas de Aznar se ven recompensadas con asesorías globales. El plenipotenciario Alfredo (no confundir con Rubalcaba) tiene como ocupación principal hablar mal de España en el exterior y de paso hacer caja. Sus conferencias y artículos rezuman un resentimiento patológico hacia el país que le vio podar el bigote. Basta echar un vistazo al pertinaz contenido de su discurso para preguntarse si estamos haciendo lo correcto pagándole la pensión de expresidente. Aznar va a la pela, como buen catalán que lo sea en la intimidad. Rupert Murdoch le nombró consejero de su grupo mediático ultraconservador y nuestro hombre distrajo su declaración de ingresos, vulnerando la legislación española. Y es que su pertenencia al Consejo de Estado era incompatible con esos entretenimientos galácticos. Fiel a su estilo, Aznar se defendió con el argumento de que eran pequeñeces.
Ahora acaba de ser nombrado asesor externo de Endesa. Esto quiere decir que una pequeñísima parte de la factura de la luz o del gas que distribuye esta compañía irá a parar al bolsillo de este supuesto compatriota nuestro. Estos gastos superfluos tendrían que consignarse en algún rincón del recibo. De ese modo sabríamos lo que es un kilovatio y a quién hemos de culpar por los céntimos del subtotal.
Hay gente que nace con estrella, como les sucede a los gatos. No pegan un palo al agua y babeamos tontamente viendo cómo mueven el rabo, mientras nos lo restriegan por la nariz. Cuando muestran esa cara de póquer da la sensación de que piensan en algo trascendental. Pero no, apuestan por lo básico, que es chupar del bote. Prueben a tirar un gato del revés a un metro del suelo. Comprobarán que siempre cae de pie, con los bigotes en su sitio.
Publicado en El Norte de Castilla el 12 de enero de 2011