Tal día como hoy, hace 66 años, las tropas aliadas liberaron el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, en Polonia. En recuerdo del Holocausto judío, cada 27 de enero se conmemora esta infausta fecha en el calendario para mantener viva la memoria de los seis millones de almas desvanecidas durante aquellos execrables crímenes contra la Humanidad y, sobre todo, para que no vuelvan a producirse atrocidades como la que hoy recordamos.
No voy a mostrarles las imágenes de aquellos seres humanos a los que se privó de toda dignidad; entre otras razones, porque muchos fueron quemados en los hornos y no veo la forma. Y si insertase instantáneas de muertos vivientes a los que sólo les queda un hálito vital constituiría un melifluo intento de tratar de conmoverles.
En cambio, sí que comparto con ustedes el documental Shoah (del hebreo, catástrofe), realizado en 1985 por el cineasta francés Claude Lanzmann. Este fragmento dura un poco más de sesenta minutos, pero el testimonio completo se muestra en nueve horas. Así que, ya saben: quienes tengan interés en conocer la cara amarga del ser humano y los ‘excesos’ hacia los que puede lanzarse, pueden visionarlo gracias a la Red. Manoséenlo hasta la saciedad, se trató de vacunar a nuestra especie difundiendo estos episodios, sin ánimo de lucro. Con subtítulos en castellano.
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