>

Blogs

Roberto Carbajal

La aventura humana

Consultas en negro

Todo el mundo debería visitar a un sanitario en su oráculo particular, aunque no esté aquejado de ningún mal y deba pagar unos cuantos euros. Se trata de una experiencia que nada tiene que ver con la medicina, si uno no quiere. Estos templos del escaqueo suelen estar instalados en viviendas particulares. Nada más llegar te aparcan en una sala de espera en la que, de entrada, ya cuesta respirar. Son tan pequeñas que en cuanto la pueblan cuatro gatos se masca en el ambiente una atmósfera violenta. En ellas no existen las estaciones: el invierno se comporta como el verano. Sobre una mesita de cuatro perras descansan unas revistas para que pases el rato. En realidad, viendo la fecha de muchas de ellas, da la sensación de que estés sumido en un viaje en el tiempo. Los paquirrines que hoy son vitorinos aparecen en portada con edades embrionarias. Cuesta despegar las hojas de ese papel desleído: fueron impresas en el siglo pasado y ahora brotan de ellas unas raíces tan profundas que han llegado a fusionarse con el tablón que las ampara. Cuando llega tu turno te das de bruces con el dueño, quien compagina su actividad con un puesto en la Seguridad Social. Los medios técnicos que pone a tu servicio provocarían una carcajada si no se tratase de una visita que vas a pagar, lejos del alcance de Hacienda, porque la mayoría de estas minutas escapan al control gubernamental.

Capítulo aparte merecen los dentistas. La consulta de un odontólogo parece un circo de ocho pistas, en el que el especialista entra y sale de los compartimentos a la velocidad de la luz, mientras el dinero negro fluye como el caudal del Amazonas. El podólogo es otra subespecie del sistema. Cuando alguien pide que le haga los pies, él levantará con sus escombros un chalé en Montecarlo. Unos y otros son calculadoras andantes. El paciente en sus dominios se transfigura en un televisor de plasma o en un fin de semana en casa de Arzak. Todo aderezado con una sonrisa complaciente y falsa. Al día siguiente, el sistema público se hará cargo de ti.

Publicado en El Norte de Castilla el 9 de marzo de 2011

Sobre el autor

Tenía siete meses cuando asesinaron a John F. Kennedy. De niño me sentaba en los parques a observar a la gente, pero cuando crecí ya no me hacía tanta gracia lo que veía. Escribo artículos de opinión en El Norte desde 2002, y críticas musicales clásicas desde 1996. Amo la música, aunque mi piano piense lo contrario. Me gusta cocinar; es decir, soy un esclavo. Un esclavo judío a vuestro servicio.


marzo 2011
MTWTFSS
 123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
28293031