Partamos de la base de que José María Aznar piensa. ¿Pero en qué y cuándo? ¿Acaso pasa por su cabeza la idea de volver a La Moncloa si se estrella el de las chuches? Los problemas de España llaman a la puerta del expresidente y se cuelan entre su almohada. Tal vez le martilleen en la fase REM los parados o la deuda. De lo que no hay duda es de que algo le turba. España es mucha España como para dejarla en manos de un solo hombre. Por eso, Aznar la repiensa en pareja, frente al espejo. Algo inquietante debe estar alienando a nuestro exitoso conferenciante. No era algo nuevo, pero el caso es que estos días muchos se llevan las manos a la cabeza y arremeten contra lo aventado en la Universidad de Columbia. Le han llamado antipatriota y traidor, y hasta una mezcla de ambos adjetivos. Cuando diserta sobre España en Estados Unidos, nuestro hombre se siente cual calamar huyendo hacia adelante, esparciendo la tinta con la que se escribirán sus grandes éxitos. Los estadounidenses no están al día sobre el otro lado del charco. Por eso no es plausible el discurso aznariano en esos foros del pensamiento, porque pueden dar lugar a especular con la realidad española. Arremeter contra la solvencia del país que lo honró y que le paga un sueldo y escolta vitalicios no entusiasma ni a sus correligionarios. No es elegante hablar mal del Gobierno actual cuando estás en el extranjero, y menos aún poner en entredicho la solvencia de tu país.
Los exégetas se preguntan qué aqueja a este hombre tras dejar el poder. Qué le hicimos, en qué cuneta lo dejamos. ¿Acaso no fuimos pacientes con sus dosis doctrinarias lanzadas desde la RTVE? ¿En qué erramos? No recuerdo que la población se sublevase contra su ordeno y mando. Muchos españoles tratan de salir adelante como pueden. Los empresarios, con sus equilibrios; los trabajadores, recogiendo las migajas que se encuentran en el camino. Aznar tiene la vida encauzada, aunque en ocasiones da la sensación de que le atenaza una tensión sensorial no resuelta.
Publicado en El Norte de Castilla el 20 de abril de 2011