En Islandia van a juzgar a un ex primer ministro por negligencia en la gestión de la crisis. En aquel país son pocos, pero saben a lo que juegan. Hasta el 2008, los islandeses eran envidiados por gozar de alta calidad de vida o por su modelo social inéditamente progresista. Hasta que el sistema bancario se desmoronó arrastrado por sus vínculos críticos con Estados Unidos. Esa democracia cuenta desde hace décadas con una ley de responsabilidad de los ministros, de aplicación interna y no exportable a España. De ella emana la formación del tribunal especial que sentará en el banquillo a Geeir Haarde, por desoír las advertencias parlamentarias sobre los peligros que acechaban al país. Islandia no forma parte de la Unión Europea ni falta que le hacía, hasta que acuciada por el colapso económico comenzó a hacerle la corte, buscando la salvaguarda del paraguas bajo el que todos buscan cobijo.
La creencia de que el dinero europeo se cría en un manantial genera una extraña sensación de embrutecimiento colectivo. La crisis de las hortalizas generada por la incompetencia bactericida de Alemania ha provocado que la UE cree un fondo de compensación a los productores españoles, entre otros, los más perjudicados por la estulticia germana. Pero cabe preguntarse quiénes serán los países que aligeren la cartera para afrontar la ruina agrícola. ¿Aportará España un solo euro? Porque se daría la circunstancia de que nuestro país pagaría una parte de esas indemnizaciones a sus propios agricultores, una pirueta absurda e inmoral, en un asunto en el que deberíamos estar exentos de cualquier carga.
El PP acusa al PSOE de ocultar las cuentas autonómicas. Sin pruebas que lo demuestren, los conservadores han hecho saltar innecesariamente la alarma, poniendo en entredicho de nuevo la confianza en España de los mercados. Si dicen quererla tanto, es mejor que la dejen en paz y hablen del agujero contable con los datos en la mano. Pero aquí no se aplica la legislación islandesa, que sienta en el banquillo a los irresponsables.
Publicado en El Norte de Castilla el 8 de junio de 2011