La crisis también tiene su lado bueno. Por fin sabemos que no sólo estábamos en la ruina y en la ignorancia, por si había alguna duda, sino que nuestro país también es un desastre institucional que precisa de un revolcón. Esta tozuda realidad podría ser una oportunidad para ventilar la nación y alimentar el sistema democrático. El poder lo detenta el pueblo, pero el pueblo no ejerce, así que se lo han quedado los que conocen cómo funciona. A la gente sólo se la escucha cuando sale en tromba a las calles y comienzan a morir por defender sus demandas. En España esto no ha sucedido todavía. Pero cada viernes se está tensando la cuerda demasiado y la desvergüenza institucional, moral, intelectual o contable que atenaza a la cúspide de la pirámide no hace sino cargar la recámara.
En breve sabremos si nos lanzan salvavidas de plomo desde Berlín. Mientras, Hacienda perdonará a los defraudadores para recoger las misérrimas sacas de algún incauto. Se blanqueará dinero procedente del hampa con total impunidad, utilizando la declaración de la renta de personas de paja que se presten al juego a cambio de una comisión. Es ingenuo pensar que se repatriarán millones que ahora engordan en paraísos fiscales, como si España fuese hoy Jauja.
Carlos Dívar continúa inexplicablemente en la jefatura del Supremo. Se ha demostrado que Marbella le tira mucho y garbeaba por Andalucía en actos oficiales de unas horas, que él convertía en cuatro días de ‘dolce vita’ con nuestros impuestos. Algunos de sus colegas del Consejo le brindan su apoyo. Cierran filas, por si el ventilador se pone en marcha.
El PP ha recuperado RTVE. Nombrará presidente a uno de los suyos. También, consejero al zamorano José Manuel Peñalosa, antiguo gerifalte provincial, cercano a Gallardón y al padre de éste, que fue diputado paracaidista por esa tierra. Peñalosa ya pululaba como asesor. Tiempo atrás se vio envuelto en el ‘caso Zamora’, un asunto de financiación irregular que salpicó al docto Aznar. Renunció al escaño, aplicó la ley del silencio y olé.
Publicado en El Norte de Castilla el 6 de junio de 2012