Sobra decir que fue una desfachatez filtrar que Rajoy envió un mensaje de texto al ministro De Guindos durante la negociación sobre el rescate español. ¿Quién se lo pasó a la prensa: Moncloa, el enemigo o tal vez fue obra de algún listillo? El caso es para preocuparse. “Aguanta, somos la cuarta potencia de Europa; España no es Uganda.”
Rajoy ha venido afirmando todo lo contrario de lo que ha sucedido al día siguiente, así que no sería de extrañar que en breve seamos como Uganda. Los españoles se han labrado la reputación de orgullosos y fanfarrones. El propio presidente Rajoy, en una cita poco afortunada, negó haber sido presionado por sus socios europeos y se arrogó el rol de ser él quien presionó a los alemanes. Pero ahora se ha sumado otra fantasmada más al ‘éxito’ del rescate. El presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, quiere colgarse la medalla de haber metido presión a Rajoy, aplicando el secular complejo portugués con respecto al gigante ibérico.
Volviendo a eso de que no somos ugandeses. Si fracasa la política del Gobierno popular, contemplemos que las cosas pueden ir peor que en aquel país africano. Uganda soportó durante la década de los setenta la sangrienta dictadura de Idi Amin, un carnicero que segó vidas a mansalva. En España se podría segar el presente, el futuro y hacer posible el regreso al pasado. Recortan en educación, sanidad y en investigación, lo contrario de lo que trata de aplicarse en países subdesarrollados. En Uganda el parlamentarismo se parece bastante al nuestro. Rajoy no quiere comparecer por ahora para explicarnos cuál es la letra pequeña del rescate y la basura que hiede de las cajas bancarias. Puede que en Uganda no tengan a un presidente del Supremo como Carlos Dívar; no presumen de demócratas, mientras que aquí asistimos a esperpento diario con las andanzas de este saltimbanqui del ocio que rechaza explicarse, instalado en su trono a lo Amin.
Muchos españoles despedirán el verano luciendo moreno estilo ugandés, con el temor a un invierno mucho más negro.
Publicado en El Norte de Castilla el 13 de junio de 2012