Jueces de sí mismos
El zombi ostentoso en que se ha convertido Carlos Dívar leyó su testamento moralista. Al presidente del Tribunal Supremo le temblaban los papeles porque el aislamiento no siempre preserva del frío y este hedonista vendió su alma al Diablo, que tendió a modo de alfombra su lengua seductora. Se celebraba el bicentenario de la institución, […]