El zombi ostentoso en que se ha convertido Carlos Dívar leyó su testamento moralista. Al presidente del Tribunal Supremo le temblaban los papeles porque el aislamiento no siempre preserva del frío y este hedonista vendió su alma al Diablo, que tendió a modo de alfombra su lengua seductora. Se celebraba el bicentenario de la institución, aunque pareció más un réquiem que unas albricias. A nadie le hubiera extrañado que Dívar tuviese en la puerta una carroza para pasear su catafalco por el Madrid de los Austrias.
Álvarez Cascos plantó el AVE en el yermo manchego. Era ministro de Fomento con Aznar y en aquella época se aplicaba la imaginación. Quizá por eso van a inmortalizarlo con un cuadro de Antonio López, pintor elegido por el asturcón político para que su cara trascienda al resto del cuerpo por unos 190.000 euros. Lo aprobó su colega José Blanco, quien se operó la vista no para pintar, sino para que cuando lo pincelen quede claro qué escondía esa mirada tálpida. Quizá veamos un remedo de la soberbia del papa Inocencio X captada por Velázquez y que tanto molestó a esa santidad. Ya hay quien justifica el precio del cuadro de Cascos aduciendo que el caché del pintor es mucho más alto. El caso es que con ese dinero podrían comer hoy quince familias.
Manuel Marín siempre fue un verso suelto durante sus años políticos. Cuando abandonó la presidencia del Congreso rompió con la tradición pictórica y encargó una fotografía a Cristina García Rodero. Hacer clic está al alcance de cualquiera, pero esta foto cuesta 25.000 euros. Hay que colocar al protagonista y revelar su alma, que es como funciona el negocio. A su sucesor José Bono no le gustó la decisión de Marín y se la afeó con su habitual deje. Aunque aún no ha nacido el pintor que plasme el ego de Bono, las prisas harán que su cara cueste otros 82.000.
A la gente no se le consultan estos dispendios; son causas juzgadas y los notables sólo colgarán de la pared, al fin y al cabo. Ya lo recoge el Eclesiastés: “Vanidad de vanidades. Todo es vanidad”.
Publicado en El Norte de Castilla el 20 de junio de 2012