Mariano Rajoy debe de estar como loco por que comiencen los Juegos de Londres. Lo ideal sería que los nuestros volviesen a España cargados de medallas y no de deudas, aunque dado el uniforme que les ha colocado una empresa rusa para el desfile es probable que se avergüencen y no quieran salir del vestuario. Se eligió a la firma Bosco porque les regalaban la vestimenta, desairando a nuestros modistas. Es como si alguien te da gratis una serpiente de cascabel para que adorne el cabecero de la cama. Para seguir enganchados a las drogas, el arranque de la Liga de fútbol a renglón seguido, que toca enjugar las penurias para disfrazar el fraude político. Esta va a ser la temporada más anhelada de la historia de nuestro maltrecho país. No es lo mismo abrir un telediario con la prima de riesgo que encontrarte al portero del mismo nombre parándole un penalti a no sé quién. Al antiguo cancerbero de la Real lo habrán frito a bromas a costa de su prima, que estará harta de tanto bobalicón.
El que más chifle, capador. A Rajoy le chifla el ciclismo (¡y también el fútbol!, enfatiza él) más que dar la cara, porque con la bicicleta puedes salir pitando cuesta abajo, zafándote de todo el mundo en dirección al precipicio y dar el gran salto. Tras haber capado bolsillos y aledaños, el presidente está en disposición de formar un coro de emasculados que tarareen el himno nacional con voces blancas y negras, los colores del invierno que viene. La escolanía ya está afinada y dispuesta; lo que aún no sabemos es si quien va a dirigirla el próximo curso es Rajoy. Puede que aprovechen que el Festival de Bayreuth coincide con el calendario deportivo y visiten España un par de batutas cetrinas, solo que el repertorio será Wagner en vez del popular ‘Paquito el Chocolatero’.
Hay quienes sospechan que el Gobierno español no es de aquí, sino que ha llegado atiborrado de amapolas desde el desierto afgano. Y no les falta razón: abrieron la mercancía y comprobaron el zarpazo. Por eso quieren robar la antorcha olímpica y prenderle fuego.
Publicado en El Norte de Castilla el 18 de julio de 2012