Ardiendo sin quemarse
Cuentan que Angela Merkel sólo se llevó de casa el frigorífico tras divorciarse en 1982. También conservó el apellido de su ex, que suena más fuerte que el Kasner paterno. Habrá quien bromee con esa fijación de cargar con la nevera cual escarabajo hamburgués. Quizá no tuviera nada que ver con la custodia alimentaria y […]