Cuentan que Angela Merkel sólo se llevó de casa el frigorífico tras divorciarse en 1982. También conservó el apellido de su ex, que suena más fuerte que el Kasner paterno. Habrá quien bromee con esa fijación de cargar con la nevera cual escarabajo hamburgués. Quizá no tuviera nada que ver con la custodia alimentaria y sí con dormir en el interior para mantener su corazón luterano bajo cero. Pero hete aquí que lo dejaría todo por una cena íntima con Vicente del Bosque. Se lo confesó al tenista Boris Becker en un asunto hilado por un periódico alemán. Quién nos iba a decir que España tiene una oportunidad para aliviar la deuda gracias a nuestro seleccionador de fútbol. Qué le habrá llamado la atención a la canciller de este castellano recio y serio, ¿será precisamente ese carácter que desata puntería y pasión al mismo tiempo? Del Bosque es un hombre de pocas palabras, y un patriota. Del mismo modo que se la clavó varias veces al equipo germano, podríamos pedirle que hincase el dardo en el corazón de ese volcán de nitrógeno líquido. Tal vez cueste romper el hielo. Imaginemos a Vicente con esa media sonrisa burlona frente a Angela. Hay mucho iceberg que desgarrar. Merkel tituló su tesis doctoral tras finalizar Física de la siguiente forma: “Influencia de la correlación espacial de la velocidad de reacción bimolecular de reacciones elementales en los medios densos”. (En versión original suena mejor y es útil para nuestros emigrantes.) Mariano Rajoy no puede con ‘frau’ Angela. Si el marqués de Del Bosque es nuestro hombre, adelante.
 
Al paso que cabalga en política, Rajoy no llega a pájaros nuevos. De hecho, varios notables de su partido ya han comenzado a afilar la guadaña, sobre todo Esperanza Aguirre, que es el anhelo neoconservador de la derecha española. El sistema de Rajoy se resume en una densa idea: dejemos que los problemas se resuelvan solos. Lo aplicó siendo ministro mientras un petrolero vomitaba bajo el mar y la mantiene hoy en todos los frentes. Es un pirómano disfrazado de bombero torero.    
 
Publicado en El Norte de Castilla el 5 de septiembre de 2012