Vaya, cómo hilan de fino. El Ministerio de Justicia ha elaborado un informe en el que se lee que la nueva ley del aborto es buena para la economía. Los autores vienen a decir que, a más niños, mejor para las arcas del Estado. Los ingenuos pensábamos que Ryanair iba a ser la primera beneficiaria de la ley y que la Iglesia vería crecer la clientela. Es cierto que el texto del ministerio apunta como primer objetivo el factor moral, pero no dejemos de lado las ideas colaterales. Da la sensación de que el Gobierno ha hecho la cuenta de la vieja: más de cien mil fetos se convertirán en cotizantes si ven la luz. Cuando escampe la crisis, estos pequeños afortunados podrían aportar a las arcas públicas los recursos suficientes para sostener la Seguridad Social. Es pura política-ficción. Cien mil esclavos empleados con salarios de miseria no darían para sufragar los ansiolíticos o la pensión del abuelo.
Como mal menor, cien mil nuevos contribuyentes no son una cifra desdeñable, máxime si se implementan medidas como incitarlos a que procreen con celeridad en cuanto fertilice el jardín. Por tanto, la cifra exponencial de currantes jóvenes sostendría todo el andamiaje del sistema. Los alemanes lanzaron una política de nacimientos en masa para nutrir a la Wehrmacht. El archivo cobija las imágenes de sinfines repletos de bebés arios adocenados, producto de una política de germinación femenina decretada por el gobierno. Las trabajadoras de aquellas plantas de alumbramiento se aplicaban con la misma apatía mecánica que los sexadores de pollos en las factorías aviares actuales y prácticamente con el mismo miramiento.
Hace diez años España necesitaba inmigrantes. Como muchos han regresado a sus países y miles de españoles han recogido sus trastos, el Gobierno ha hecho números y pretende que les encajen los balances. El hecho de que esta gente vea que la nueva ley del aborto alimente los presupuestos es más hilarante que poner en duda que las cigüeñas vienen de París con un bebé en el pico. Esto último es más verosímil.
Publicado en El Norte de Castilla el 29 de enero de 2014