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Roberto Carbajal

La aventura humana

Óscar López y la fauna

Un grupo de científicos de la universidad estadounidense de Caltech ha determinado que los monos superan a los humanos a la hora de trazar una estrategia. Los primates debían lograr una secuencia de números tras mostrárselos y ocultárselos más tarde. El estudio reveló una gran agilidad mental a favor de los chimpancés, considerados inferiores frente a sus parientes humanos. El equipo científico ha destacado la pericia del mono frente al hombre valorando visualmente mejor esa faceta intelectual, y hacen hincapié en su excepcional memoria de trabajo.

La capacidad de arrepentirse parecía exclusiva del ser humano, pero otro estudio ha confirmado que las ratas también son capaces de semejante reflexión. La revista Nature Neuroscience ha publicado una tesis de la Universidad de Minnesota en la que se constata que estos roedores muestran su pesar ante decisiones equivocadas. En la prueba se le presentó a la rata una serie de opciones de comida, pero limitándole el tiempo de elección. Se demostró que las ratas estaban dispuestas a esperar más tiempo para ciertos sabores. Los investigadores podían medir las buenas y las malas opciones culinarias. En ocasiones, se saltaban las buenas opciones y se encontraban frente a las malas. La corteza orbitofrontal de los seres humanos se pone en marcha durante el arrepentimiento y hete aquí que nos encontramos con que las ratas también activan esa misma área cerebral por la recompensa perdida. Se determinó que una rata no se arrepiente de lo que pierde, sino de lo que no hizo. Los resultados podrían permitir a los neurocientíficos comprender por qué los seres humanos hacen las cosas de la forma en que lo hacen.

La ciencia admite experimentar casi hasta el infinito con especies consideradas hasta ahora ‘inferiores’. Otra cosa es que las conclusiones sean aplicables a la raza humana, experta en no aprender de los errores y mostrarse incapaz de razonar, elegir y aprender de sus errores. Preguntémonos si ratas y monos son capaces de tropezar dos veces en la misma piedra. No.

Publicado en El Norte de Castilla el 18 de junio de 2014

Sobre el autor

Tenía siete meses cuando asesinaron a John F. Kennedy. De niño me sentaba en los parques a observar a la gente, pero cuando crecí ya no me hacía tanta gracia lo que veía. Escribo artículos de opinión en El Norte desde 2002, y críticas musicales clásicas desde 1996. Amo la música, aunque mi piano piense lo contrario. Me gusta cocinar; es decir, soy un esclavo. Un esclavo judío a vuestro servicio.


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