Parece que la cripta del Convento de las Trinitarias guardaba los restos de Miguel de Cervantes y de su esposa, Catalina de Salazar. Pero esta historia no debe detenerse en ese punto. Los investigadores apuntan a que el escritor español fue enterrado en aquel lugar por deseo expreso del autor del Quijote. Sin embargo, el equipo técnico que se encarga del caso aún no ha podido determinar quién era de verdad Cervantes, al no haber aplicado las pruebas del ADN. Se abre ahora un periodo apasionante, si es que se quiere llegar al fondo de la cuestión. ¿Era Cervantes natural de Alcalá de Henares o, como sostienen eruditos como Leandro Rodríguez, nació en un pueblo de Sanabria y era un judío converso? Lo lógico, si España fuese un país normal, sería comenzar ahora a abrir ventanas y cerrar puertas. No se trata de comenzar una pugna por apropiarse de los despojos de don Miguel, sino determinar cuáles fueron sus orígenes. Según sostiene Rodríguez, en realidad hubo dos Miguel de Cervantes: uno nacido en Alcalá y otro, en la susodicha región zamorana. Basta darse una vuelta por los cementerios sanabreses para dar fe de la significativa cantidad de personas enterradas que portan los apellidos Cervantes y Saavedra. De hecho, existe un pueblo llamado Cervantes en el que se conserva lo que en la zona llaman la casa del escritor. Gracias al ADN, podríamos llegar a desenredar la trama que envuelve al rey de las letras españolas y asegurar si el Quijote discurre o no en parte por tierras sanabresas. Desentrañaríamos si la Mancha reflejada por Cervantes tenía que ver con una ‘mancha’ por su condición judía o si estaba refiriéndose a La Mancha actual, algo que no está nada claro para quienes niegan el origen oficial cervantino. No deberíamos quedarnos con la parte anecdótica de la datación de los huesos y su propiedad. Si hay que reescribir la Historia, pues bien; de lo contrario, nos quedaríamos a medias y caeríamos en el error de seguir alentando una pseudohistoria intolerable en los tiempos que corren. Hágase la luz.
Publicado en El Norte de Castilla el 18 de marzo de 2015