Qué clase de país es este que permite que dos millones de niños estén en riesgo de exclusión social, que cuando cierren los comedores escolares durante el verano pasarán hambre y quedarán expuestos tan solo a las migajas que pueda recoger la beneficencia. Pronto los gobernantes se irán de vacaciones tan panchos y el problema quedará sin resolver. La nueva alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, se ha puesto manos a la obra para buscar recursos y tratar de mitigar, en la medida de lo posible, esta tragedia. Un país rico como España debería tener resuelto que nadie pase hambre, sin importar su condición. La riqueza nacional que administra el Estado debería ponerse al servicio de la causa. Ningún gobernante debería mirarse al espejo sin sonrojarse ante la magnitud del problema del hambre en España. No es demagogia afirmar que se gastan ingentes cantidades de dinero en partidas que no son tan prioritarias como que cualquiera que viva en nuestro país tenga satisfecho su estómago. En este asunto están implicadas todas las administraciones públicas. Si ayuntamientos y comunidades autónomas carecen de presupuesto, tendría que ser la Administración central la que habilitase una partida para esta tragedia que no tiene visos de desaparecer de los titulares de prensa.
Estamos en un estado de emergencia nacional. No puedes irte de vacaciones sin cargar sobre tu conciencia el sonido del crujir de tripas de un niño de tu país. Es un acto de responsabilidad resolver de una vez por todas tragedias como esta. Y los medios de comunicación tienen que remar al unísono para remover conciencias. En estas fechas suelen publicar cómo y dónde pasan las vacaciones nuestros políticos, una información que no interesa a nadie, por insulsa y falta de compromiso. Al contrario: deberían preguntarles cómo creen que pasarán el estío esos dos millones de chavales. Eso es lo que de verdad importa; todo lo demás son simplezas cómplices que no conducen a ninguna parte. No se debe ocultar la realidad. A mí al menos se me cae la cara de vergüenza.
Publicado en El Norte de Castilla el 24 de junio de 2015