No se ofenda, pero usted puede convertirse en un asesino de masas siguiendo unos pocos pasos. Lo más complicado para alguien no iniciado y sin contactos es viajar a Bruselas hasta dar con una lista cuasiconfidencial de vendedores de armas. Por tanto, esta no es la mejor opción. En cambio, si desea perpetrar unos atentados como los de París tan solo tiene que subirse en un autobús y viajar a los países de la antigua Yugoslavia, armados hasta los dientes durante la guerra. Como ve, hasta aquí la cosa aparenta ser fácil. Una vez en Serbia, por ejemplo, sólo tiene que llamar a la puerta de cualquier vecino y preguntarle mediante señas dónde conseguir un AK-47, el arma de asalto más popular del mundo. Es tan famosa que algún país lo muestra incorporado en su bandera. Llegados a este punto, es probable que el vecino le venda uno o más por cantidades que no llegan a los trescientos euros, si el tipo es avaricioso. Si el paisano ya no cuenta con ninguno en su hogar, tranquilícese: le dará un par de direcciones en las que le proveerán del paquete completo. Tal vez crea que el viaje en autobús es demasiado largo y tenga la tentación de hacer el trayecto en otro medio; yo no lo haría, pero usted mismo. Quien le venda el kaláshnikov, es decir, el AK-47 o sus variantes, le dará un par de lecciones básicas y listo, ya es usted un asesino en potencia. Ahora sólo le falta el último paso como pequeño traficante de armas. Meta su compra en una bolsa de viaje distinta a la que contenga sus efectos personales. Si hay suerte, pasará la aduana sin problemas; en el peor de los casos, la policía se incautará del macuto que contiene las armas y no será ‘de nadie’, salvo que abra la boca y sude hasta delatarse. Es así de simple. ¿Que lo suyo son las bombas? Tranquilo: en Internet le enseñan como mezclar fertilizante agrícola (nitrógeno) con gasóleo y cocinarlo hasta lograr el producto deseado. Esta es la realidad, amigo. ¿A que acojona de verdad solo con pensarlo? Pues piénselo, porque todo esto funciona como le he contado.
 
Publicado en El Norte de Castilla el 18 de noviembre de 2015