Lo que más me llama la atención de las listas de Unidos Podemos es la presencia del general José Julio Rodríguez. Estamos hablando de un militar que fue Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), es decir, la cuarta autoridad castrense tras el Rey, el presidente del Gobierno y el ministro de Defensa. Rodríguez se presentó antaño en las listas del partido como número dos por Zaragoza, pero no ganó el escaño. Lo verdaderamente sorprendente es qué pinta el exJEMAD en la corte de un partido antisistema que quiere demoler el orden establecido en materias básicas y que atenta contra la estabilidad económica de España. Qué pasa por su cabeza, cómo ha recalado en la formación de Pablo Iglesias un hombre de orden, con una trayectoria impecable como servidor de nuestro país. Quién llamó a la puerta de quién, Rodríguez en la de Iglesias o viceversa. Su concurso en estas elecciones nos muestra a un hombre ’empotrado’ en las siglas de un partido que simpatiza con dictaduras vestidas de democracia como la venezolana o la iraní. Hay algo que nos estamos perdiendo y que se encuentra lejos de los focos. Puestos a especular con cierta maldad, daría la impresión de que el general estuviese en el corazón del partido de Iglesias para estar al tanto de todo lo que se cuece en él y frenar su delirio revolucionario.
El bastardo del rey Alfonso XIII ha fallecido. Leandro de Borbón fue reconocido como hijo legítimo del monarca que salía de caza por las noches y que disparaba a todo lo que se movía. Nunca le reconocieron sus derechos y murió poco menos que como un mendigo.
Hay que darle un revolcón al Código Penal español. No se puede aceptar que una persona que cometió un hurto en el pasado ingrese en prisión cinco años más tarde, cuando ya había rehecho su vida y estaba integrado en la comunidad. Por el contrario, resulta que los delitos económicos prescriben a los cinco años, los ‘olvidos’ que suelen cometer los ricos. La función principal de las cárceles españolas incide en la reinserción. La justicia, si es lenta, no es justicia. Cosas veredes, amigo Sancho.
Publicado en El Norte de Castilla el 22 de junio de 2016