Los británicos han decidido por más de un millón de votos abandonar la Unión Europea. Esta decisión supone un golpe en la línea de flotación de la construcción europea. Los sueños de los padres fundadores de lo que hoy constituye la UE se han ido al traste. El ‘brexit’ ha sido votado mayoritariamente en Inglaterra y Gales, no así en Escocia e Irlanda del Norte. Recordemos que los escoceses votaron en referéndum hace unos meses permanecer en Gran Bretaña, pero la decisión del abandono europeo puede cambiar las cosas en la mentalidad escocesa. Es más que previsible que Escocia convoque una nueva consulta para separarse del RU, una consulta que ganará, porque Escocia depende en gran medida de las inversiones europeas. El primer ministro británico, David Cameron, ha presentado su dimisión, que se sustanciará en otoño. Asimismo, el abandono británico de la UE se comenzará a negociar en no menos de dos años a partir de la presentación oficial de la carta que lo acredite. Una vez más, los ingleses han dado la nota. Para España no es buena noticia, porque dependerá de las nuevas condiciones que Londres negocie sobre sus relaciones con el corazón de Europa, por cuestiones de puro pragmatismo. De entrada, Mariano Rajoy ha comparecido ante la prensa para tranquilizar a los españoles que viven en el RU y a los británicos que residen en España. La forma de tranquilizar del presidente en funciones suele dar como resultado un crujir de dientes. Esperemos a ver lo que sucede en los próximos años y confiemos en el pragmatismo de ambas partes, la británica y la del resto de Europa. En definitiva, un día muy triste.