Tras ser condenada por un tribunal internacional por dopaje, ahora Marta Domínguez quiere ser policía, inspectora, para ser exactos. La atleta palentina, que tantos éxitos compartió con su país, resultó ser un fraude. Según el tribunal, Domínguez tomó sustancias prohibidas que privaron a otros deportistas a obtener los triunfos que ella cosechó. Ahora está fuera de juego y trata de buscarse la vida en el Cuerpo Nacional de Policía. Al parecer, dejó deslumbrado al jurado durante las pruebas físicas, no podía ser de otro modo; lo contrario hubiera sido patético. Pero no deja de ser curioso que ahora deba someterse a la entrevista personal, que en resumen trata de cómo un psicólogo del CNP pone chinas en los pies del examinado, y es en este punto en el que se desecha a la mayoría de los candidatos. Y cabe preguntarse cómo podrá superar este escáner alguien que amenazó con atropellar a un reportero de televisión, alguien que ha demostrado tener un carácter despótico y, en fin, alguien que vilipendió a la Guardia Civil, asegurando que la Benemérita había falseado las pruebas para incriminarla. Durante su paso por el Senado, nombrada a dedo por obra y gracia de Mariano Rajoy (si es que podemos calificarlo así), Marta Domínguez cobró el sueldo sin pegar un palo al agua, algo que por otra parte hacen el resto de las señorías de esa cámara. Se limitó a competir y a aparecer un día, así, por cumplir. Tampoco su trayectoria como concejala dejó un sendero por el que los palentinos puedan lanzar vítores. Y he aquí que con todo este bagaje confía en pasar la entrevista para ser policía nacional. Si este hecho se sustanciase, deberíamos preguntarnos qué han hecho mal los candidatos descartados frente a las supuestas cualidades de Domínguez. Claro que Marta tiene derecho a trabajar en lo que le apetezca, faltaría más, pero no a costa de su biografía, que, para qué engañarnos, deja mucho que desear, por ser suave. Ahora les toca mover ficha a los jefes policiales y tendrán que valorar algo más que el hecho de que la ‘gacela’ palentina corra como una fiera.
 
Publicado en El Norte de Castilla el 19 de octubre de 2016