Al papa Francisco lo están poniendo a parir desde sus propias filas. Jorge Bergoglio ha removido las conciencias de una Iglesia que se dirigía hacia una deriva medieval y los más viejos de esta confesión no le perdonan los giros y la política de mano tendida que ha sembrado desde que accedió al trono de san Pedro. El Papa ha roto todos los moldes y ha rehabilitado a quienes habían sido condenados por anatema, homosexuales, divorciados y demás familia: todos son criaturas de Dios, según Bergoglio. La vieja guardia cardenalicia, encabezada por el antiguo ministro del exterior Tarcisio Bertone, que habita un casoplón propio de un príncipe, mientras que el jefe de los católicos vive en la más completa austeridad. Imagino la imprecación a la que en privado y ante quienes deseen escucharle, estómagos agradecidos, proferirá monseñor Rouco Varela, el otrora todopoderoso amo y señor de la estructura católica en nuestro país. Francisco es el papa de los pobres, de los apartados y descartados, que se declara de izquierda al renegar de la derecha. A todos estos reaccionarios les gustaría verlo muerto.
La Casa Real ha enviado a las exequias de Fidel Castro al rey emérito, don Juan Carlos, suponemos que con el visto bueno del Gobierno, al tratarse de un asunto de estado. Como somos muy escrupulosos, Felipe VI no parecía ser el indicado para representar a la nación en este funeral tan trascendente. Cuba se encuentra en un punto histórico que podríamos calificar como precapitalismo, y son muchos los países que están atentos preparando el desembarco en la isla caribeña. España es el primer inversor en el sector hotelero, pero existen otras grandes oportunidades de negocio que pronto eclosionarán; por tanto, deberíamos aprovechar los lazos históricos y hacernos los simpáticos con el país. Pero no, a nosotros nos gustan los saudíes, que, como todo el mundo sabe, constituyen la democracia consolidada de Oriente Medio. Ahora entiendo por qué TVE no emitió ‘Españoles por el mundo: Israel’, que se apartó de la parrilla para no molestar. Ay, Señor, llévame pronto.
Publicado en El Norte de Castilla el 7 de diciembre de 2016