Como diría el presidente Rajoy, esto de Cataluña es un lío. Yo diría más: es el lío. Los independentistas quieren convocar un referéndum antes del verano y aseguran que va a celebrarse a pesar de las amenazas del Gobierno central. El ministro de Justicia asegura que el Ejecutivo contempla la aplicación del artículo 155 de la Constitución, que viene a decir que se suspenderá la autonomía de cualquier comunidad que incumpla la ley. Observando cómo se está desarrollando el plan secesionista, esto es lo más probable, a pesar de que la vicepresidenta Santamaría se muestre más mansa. Lo que es innegable es la determinación de los independentistas, no se arredran ante las advertencias y confían en que el sector de Cataluña que ha comprado su discurso les arrope y creen conflictos sociales difíciles de manejar sin una represión total en las calles a manos de las fuerzas de seguridad. La policía autonómica catalana se tendría que poner a las órdenes de los interventores y, si se negaran, sería la Guardia Civil quien se haría cargo del cumplimiento de la ley y del orden. Este escenario es más que probable, y son los propios Mossos d’Esquadra quienes están alertando de este choque de trenes. Hace un par de días, Artur Mas se envolvió en la bandera y fue acompañado por decenas de miles de simpatizantes que le arroparon hasta el juzgado. La cuestión es qué alternativas se presentan, salvo las narradas anteriormente, porque a este auténtico problemón aún nadie le ha encontrado una salida que satisfaga a los dos contrincantes. La reforma de la Constitución podría alzarse como una salida, pero a estas alturas el independentismo no desea una España plurinacional, que podría ser una opción airosa, pues la plataforma Junts pel Sí ya ha anunciado que sus intenciones bogan en la creación de un Estado propio, independiente del resto del Estado español. Ante este desafío, ¿y si hay muertos?, ¿cómo afectaría este escenario a la imagen de España y a las huidizas inversiones?, ¿qué se puede presentar como alternativa? He aquí, amigos míos, la pregunta del millón.
Publicado en El Norte de Castilla el 8 de febrero de 2017