“Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista. Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata. Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista. Cuando vinieron a buscar a los judíos, no pronuncié palabra, porque yo no era judío. Cuando finalmente vinieron a buscarme a mí, no había nadie más que pudiera protestar.” Estas palabras, escritas por el pastor protestante alemán Martin Niemöller, atribuidas por un error histórico desde los años setenta al dramaturgo Bertolt Bretch, definen a la perfección la situación actual y venidera de España, porque la realidad es muy tozuda. Veamos.

En primer lugar, fueron los jóvenes y los desencantados quienes se aposentaron en una plaza de Madrid. Aquellos hechos alumbraron un partido político. Guardé silencio, porque no era uno de ellos. Recientemente, las mujeres plantearon una huelga clamando por la igualdad de derechos y muchos se pronunciaron a favor. Hablé a destiempo para subirme al carro, aunque no era una de ellas. Más tarde, guardé silencio. El sábado fueron los pensionistas quienes tomaron las calles del país pidiendo una retribución digna y los censores de la televisión pública estatal trataron el clamor como un asunto irrelevante. Puede que guarde silencio. Ahora me quieren buscar un sustituto para las elecciones generales. Señalan a Ana Pastor, mi amiga, mi sempiterna compañera en política, de trayectoria inmaculada. Guardaré silencio. Quizá salgan los estudiantes, otra vez. Como no soy uno de ellos, callaré o mentiré sobre su futuro. Son millones de votos, tal vez deba decir algo, porque cuando vengan a por mí no habrá nadie que pueda protestar. (Mariano Rajoy Brey).

“El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio de los frijoles, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios dependen de decisiones políticas.” (Bertolt Brecht).

 Publicado en El Norte de Castilla el 21 de marzo de 2018