Ha sido perder el poder y saltar todo por los aires. El Partido Popular está en plena ebullición y algunos de sus miembros más relevantes están afilando las espadas. Se han puesto de manifiesto las diferencias internas que, aun siendo conocidas por algunos, ahora se han manifestado sin ambages. El Gobierno de Mariano Rajoy ya es historia y ahora todo el mundo conoce la aflicción que se cocía entre los partidarios de la exvicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y sus detractores. Los consejos de ministros no eran precisamente miel sobre hojuelas. Soraya no es plato predilecto para el exministro de Exteriores José Manuel García-Margallo y este lo ha confesado sin disimulo. Otros prefieren guardar silencio, aunque se conoce que piensan de igual modo. Asegura Margallo que hará todo lo posible para que ella no se convierta en portavoz en el Congreso y menos aún que pudiera ser ungida como sucesora de Rajoy en las próximas elecciones. El partido más paternalista de Europa está hoy en día sonado como ese boxeador a quien le han zurrado más de la cuenta. Enrabietado como un niño a quien privan de su juguete, el PP pretende poner pedruscos en el camino del nuevo presidente del Gobierno. El PNV apoyó a Pedro Sánchez en la moción de censura y los populares pretenden aplicar su mayoría en el Senado para autoenmendar sus cuentas y vengarse de la ‘traición’ de los nacionalistas vascos, con la intención de privarles de las prebendas económicas que habían pactado para que estos apoyasen los presupuestos. La formación conservadora se enfrenta al reto de no trasmutar en una ciénaga hedionda y le conviene rearmarse aplicando grandes dosis de sosiego, por el bien de sus intereses. Tal vez crean que resucitando la crispación puedan laminar los pasos firmes de sus adversarios políticos. Pero el electorado está atento y tal vez no esté todo perdido. La crispación y la bronca no conducen a ninguna parte. Su potencial electorado no lo va a tolerar, tras haber castigado la corrupción y el inmovilismo aplicado por el ya amortizado Mariano Rajoy Brey.
Publicado en El Norte de Castilla el 6 de junio de 2018