Ahora que Francisco Igea ha sido ungido para ser el candidato limpio de Ciudadanos a la presidencia de la Junta, hay que darle la enhorabuena. Y, claro, también habrá que consolar a Silvia Clemente, que llegó a creerse ganadora de las primarias y que más tarde la realidad le quitó el caramelo de la boca. La cúpula del partido que pretendía regenerar la política española apoyó a Clemente, pero tal vez el apoyo estuvo cargado de demasiado entusiasmo. Tras el recuento de los votos, el equipo de Igea se topó con que sobraban 82 y que habían sido emitidos con un patrón demasiado llamativo. Por ejemplo, a las tres y las siete de la madrugada se encontró un paquete de sufragios que guardaban un comportamiento consecutivo. El escándalo ha sido mayúsculo y a Albert Rivera no le quedó otro remedio que declarar oficialmente a Igea como ganador de la partida. Por su parte, Silvia Clemente ha pedido que en la candidatura se integren todas las sensibilidades, lo que traducido en román paladino quiere decir que no quiere quedarse tirada y volverse a casa. Naturalmente, Francisco Igea ha anunciado que no cuenta con ella, con lo cual la operación “fichaje de talentos” se ha ido por el desagüe.

Ciudadanos, el partido del vaivén político, debe centrarse y sentarse a reflexionar. No es la mejor opción dar bandazos ideológicos a estas alturas de la campaña electoral. Da la sensación de que la formación naranja se comporta como un ‘boy’ en una fiesta de solteras, en la que el actuante se deja querer por unas y otras. Pero una vez superado el pucherazo del ‘casting’, no estaría de más que se revelara quién metió mano al ordenador que albergó las papeletas electrónicas y, sobre todo, quién fue el autor intelectual que dio la orden de que se manipulase el resultado, si así fue. Es necesario que se despeje esta incógnita por el bien del partido, porque debe ser coherente con lo que lleva predicando desde que irrumpió en la política española. Y más que nada para que a la organización naranja que lidera el locuaz Albert Rivera no le saquen los colores.

Publicado el El Norte de Castilla el 13 de marzo de 2019