>

Blogs

Roberto Carbajal

La aventura humana

Primavera catalana

Yerran el tiro quienes solo plantean el ‘problema catalán’ como un desafío constitucional. La trascendencia del debate no debe girar en torno a si Cataluña es o no España, que lo es; ni el paupérrimo argumento de que esa comunidad autónoma no tendría futuro fuera del Reino y, por tanto, de la UE, que lo tendría. La cuestión está revestida de aditamentos más profundos que el puro argumentario legalista. El sentimiento es un componente más poderoso que la norma, aun siendo esta relevante para la convivencia democrática, y no se le está otorgando la carta de naturaleza que merece. Manipulados, reeducados bajo historicismos abigarrados por una causa política o arengados mediante el victimismo durante décadas, la realidad es que ha ido creciendo el número de catalanes que desean ser consultados sobre su españolidad. Cada empellón enviado hacia aquella parte del territorio ha provocado efectos insalubres para la unidad del conjunto. Cada nuevo chascarrillo urdido con desprecio desde un altavoz mediático sólo constituye un suma y sigue de ciudadanos que se unen al soberanismo. La chavalería es la más entusiasta de todas, pues desde la inmadurez y la inducción celebran cualquier evento callejero con una fruición nada pueril. Un espíritu joven debidamente motivado desprende un halo revolucionario que trae consigo el reto al orden establecido, proclive al levantamiento contra la supuesta opresión. De hecho, es la juventud la que ha luchado en las revoluciones árabes y, recientemente, en la ucraniana. Lejos de establecer paralelismos entre todas ellas, la tozudez de la realidad pro consulta a la que nos enfrentamos no debe impedir que nos rebelemos contra ese destino. El varapalo previsible que sufrió ayer la causa en el Congreso añadirá más leña al fuego. Se prevé que durante los próximos meses las vías de Cataluña se conviertan en un hervidero de exaltación nacionalista. Más allá de que se reaccione desde Madrid esgrimiendo el diálogo, el daño ya está hecho. Sólo el bobo mira el dedo que apunta a la Luna.

Publicado en El Norte de Castilla el 9 de abril de 2014

Sobre el autor

Tenía siete meses cuando asesinaron a John F. Kennedy. De niño me sentaba en los parques a observar a la gente, pero cuando crecí ya no me hacía tanta gracia lo que veía. Escribo artículos de opinión en El Norte desde 2002, y críticas musicales clásicas desde 1996. Amo la música, aunque mi piano piense lo contrario. Me gusta cocinar; es decir, soy un esclavo. Un esclavo judío a vuestro servicio.


abril 2014
MTWTFSS
 123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
282930