>

Blogs

Roberto Carbajal

La aventura humana

Excesos semanasanteros

En Semana Santa da gusto: casi todo el mundo gana algo. Pero pierde la ley y quienes la acatan. Es fantástico que corra el dinero, que la gente conozca esa faceta de la cultura española, que los vanidosos presuman de ser alguien esos días del año y que a la gente se la vea feliz y orgullosa de su patrimonio. Pero hasta aquí, porque todo lo demás roza el desmadre. Hay una serie de comportamientos que deben ser corregidos de inmediato. Ejemplos hay de sobra, así que citemos los más chirriantes. La ley regula cuándo hay que interpretar el himno nacional, así que no hay razón para que suene esa partitura durante la entrada o la salida de un grupo escultórico, bien sea un cristo o una virgen. Si hay que honrar con música desde la libertad religiosa a una de esas figuras de culto, qué mejor que suene el himno del Vaticano, que es el representante de Dios en la Tierra. Podríamos ser más estrictos y pedir el de la Palestina de la dominación romana, que es de donde proceden los acontecimientos, aunque en aquellos días no había himnos, sino sablazos; así que con el del Vaticano, vamos sobrados.

Otro aspecto que resulta estridente es la forma en que los representantes públicos rinden pleitesía a esos cristos y vírgenes. No olvidemos que oficial y legalmente España es un país aconfesional; es decir, no existe una religión oficial del Estado, como en tiempos de cuya época no quiero acordarme. En todo el país vemos durante estos días a alcaldes que piden a Jesús de Nazaret trabajo para quienes no lo tienen o la paz en el mundo, un discurso que recuerda mucho a las declaraciones de las ‘misses’. Esos mismos alcaldes o concejales, o los elegidos por los variopintos gobiernos del Estado, también se prodigan durante los desfiles, acompañando a las autoridades religiosas y a las figuras que procesionan. Un tercer aspecto de la estridencia lo conforma el concurso de las fuerzas y cuerpos de seguridad. No sé que demonios pintan militares y policías escoltando a los grupos escultóricos. Con sinceridad: no entiendo nada.
 
Publicado en El Norte de Castilla el 1 de abril de 2015

Temas

Sobre el autor

Tenía siete meses cuando asesinaron a John F. Kennedy. De niño me sentaba en los parques a observar a la gente, pero cuando crecí ya no me hacía tanta gracia lo que veía. Escribo artículos de opinión en El Norte desde 2002, y críticas musicales clásicas desde 1996. Amo la música, aunque mi piano piense lo contrario. Me gusta cocinar; es decir, soy un esclavo. Un esclavo judío a vuestro servicio.


abril 2015
MTWTFSS
  12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
27282930