>

Blogs

Roberto Carbajal

La aventura humana

La homeopatía, al desnudo

Es inmoral tratar de convencer a la gente de que la homeopatía puede curar cualquier enfermedad. Esta pseudociencia se ha convertido en un negocio que mueve ingentes cantidades de dinero, por eso nadie le pone freno. Hasta ahora. La base de este engaño estriba en que lo que causa una enfermedad también puede curarla. El investigador Edzard Ernst ha dedicado veinte años a desmontar esta práctica, lo que le ha causado más de un disgusto. De hecho, el príncipe Carlos de Inglaterra, acérrimo defensor de la homeopatía, no cejó en su empeño de que lo echasen de la cátedra de la Universidad de Exeter hasta que finalmente lo logró. El científico alemán demostró que la homeopatía tiene el mismo efecto que un placebo, es decir, una sustancia sin sustancia que puede ‘curar’ porque el enfermo se lo cree, para resumirlo de algún modo. Es decir, que la fe del paciente puede desencadenar la liberación de sustancias del propio cuerpo para experimentar una mejora que nada tiene que ver con ninguna sustancia exógena. Pero las investigaciones de Ernst no sólo se enfocaron en las prácticas homeopáticas. La implantación de manos y otros fraudes colosales también constituyeron el objeto de su lucha. Lo cuenta todo en un libro imprescindible, ‘Un científico en el país de las maravillas’. Y es que en un mundo tan complejo como el que nos ha tocado vivir las personas se aferran a cualquier creencia que pueda devolverles algo tan esencial como la salud, de ahí la proliferación de tanto mercachifle. Estas prácticas deberían ser perseguidas de oficio por las autoridades, que por motivos económicos están permitiendo esta auténtica estafa a la inteligencia. Tan solo por el mero hecho de que muchos pacientes afectados de cáncer están abandonando la quimioterapia para abrazar la homeopatía, poniendo en riesgo aún más si cabe su vida. Pero es necesaria valentía y decencia. El Ministerio de Sanidad debe tomar cartas en este asunto, mal que le pese a los laboratorios que se están forrando con este tipo de praxis. Ernst lo ha demostrado, no lo olvidemos.
 
Publicado en El Norte de Castilla el 20 de enero de 2016

Temas

Sobre el autor

Tenía siete meses cuando asesinaron a John F. Kennedy. De niño me sentaba en los parques a observar a la gente, pero cuando crecí ya no me hacía tanta gracia lo que veía. Escribo artículos de opinión en El Norte desde 2002, y críticas musicales clásicas desde 1996. Amo la música, aunque mi piano piense lo contrario. Me gusta cocinar; es decir, soy un esclavo. Un esclavo judío a vuestro servicio.


enero 2016
MTWTFSS
    123
45678910
11121314151617
18192021222324
25262728293031