Cristóbal Montoro no es un científico al uso. Hace tiempo aseguró que la crisis prácticamente era historia. No hay más que echar un vistazo a los bares: están llenos, remató. Con teorías como esta nos ahorraríamos un montón de pasta en elaborar estadísticas. Yo le daría una vuelta a la reflexión del bueno de don Cristóbal: los bares están a rebosar porque la gente quiere olvidarse de este Gobierno y de su inoperancia para resolver los problemas que acucian a la gente que padece situaciones de auténtica precariedad y emplean el alcohol para lograrlo. Pero poniéndonos serios, no compren ninguna de las dos tesis. La realidad es que los establecimientos donde se sirve la sustancia son visitados por la gente que puede permitírselo, que al fin y al cabo son los de siempre. La clase media alta, la media, los jubilados con posibles y los funcionarios, además de los jóvenes que conviven con todos los anteriores.
Este periódico publicó anteayer que el Banco de Alimentos de Valladolid ha experimentado una reducción de usuarios, producto del relativo crecimiento económico. Pero, del mismo modo que aseguró esta evidencia, alertó también del peligro en que puede caer esta institución por una percepción social que alejaría la solidaridad hacia quienes aún precisan de productos básicos con los que alimentar a sus familias. El empleo que se ha creado en España es precario, nada estable y sin perspectivas de serlo. Por tanto, es acuciante la subida del salario mínimo, que estimularía el crecimiento en todos los sectores productivos y que provocaría el flujo del dinero.
España sigue sin tener un presupuesto, pero la ministra Cospedal se ha comprometido con su homólogo estadounidense a duplicar la cantidad que aporta a la OTAN. La pregunta es de dónde va a salir el dinero, aunque imaginamos que la partida de asuntos capitales se verá mermada si el compromiso se consuma, pero todo apunta a que es un brindis al sol. Que responda el saltimbanqui de Montoro, tal vez el ministro más provocador de la historia, tras José Ignacio Wert. Mientras tanto, ustedes beban.
Publicado en El Norte de Castilla el 29 de marzo de 2017