Contra casi todo pronóstico, Pedro Sánchez ha vuelto a ser elegido secretario general del PSOE. Tras ser humillado y defenestrado por su propio partido, el exjugador de baloncesto ha metido el balón en la canasta en el último segundo. Hay quien cree que se trata de un hecho insólito, pero conviene recordar cómo se produjeron los acontecimientos pretéritos para entender por qué las urnas han alumbrado semejante resultado. Sánchez fue pateado en un explosivo comité. Humillado y desposeído de todo el poder, renunció a su escaño en el Congreso y comenzó a recorrer España. La comisión gestora que se hizo dueña y señora de la formación socialdemócrata renegó del legado de Sánchez. La gestora montó un escenario de primarias y en comandita se afanaron en apoyar a Susana Díaz, la lideresa andaluza. Entre el caldo de cultivo socialista pronto comenzó a sentirse un malestar que solo hizo que ir en aumento. Sánchez se presentó ante el electorado del partido como un hombre maltratado, machacado por los suyos y, así las cosas, pronto comenzó a dar forma un pensamiento sentimental hacia la persona que había sufrido la humillación más cruel. El victimismo comenzó a conformar una candidatura por la que nadie daba un euro. El aparato del partido comenzó a decantarse sin tapujos por Susana Díaz. La inmensa mayoría de los barones y las viejas glorias del partido socialista corearon a la veneno andaluza, que era recibida en los mítines en loor de multitudes, dando por hecho que representaba el futuro del partido. Pero el victimismo ha dado sus réditos. Sánchez se presentó como un ciudadano apaleado, desnudo en mitad de la calle, y esta situación le ha devuelto a la vida. La gente tiene su corazoncito y no le gusta ver cómo se lapida a nadie. Pedro Sánchez ha vuelto a nacer, sí. Ahora se confía en que haya aprendido de los errores del pasado. Lo que es irrefutable es que el PSOE está más dividido que nunca y el nuevo secretario general tiene el reto de integrar a todas las facciones. Si esto no se cumple, el partido habrá muerto y él se convertirá en un zombi.
Publicado en El Norte de Castilla el 24 de mayo de 2017