Damas y caballeros: Con todos ustedes, los vascos. No el conjunto, eso ya sería demasiado. En realidad, son los de siempre. Ya conocen el refrán: A río revuelto, ganancia de pescadores. Lidiar con el separatismo catalán nos está dejando exhaustos, así que no sabemos de dónde sacar fuerzas para hacerlo también con los abertzales. El primer actor en irrumpir en el escenario catalán fue Arnaldo Otegi, el exetarra, convocando una manifestación en Bilbao a favor del referéndum ilegal de los separatistas. Esta muestra pilló al PNV con el pie cambiado y, para no despojarse de su entusiasmo nacionalista, Iñigo Urkullu ha arremetido contra el Gobierno de Rajoy, saliendo a la par en defensa de sus hermanos soberanistas catalanes. Durante los actos del Día del Partido, el lehendakari aseguró que el actual Estado de las autonomías está obsoleto y pidió, al abrigo de la coyuntura actual, su derecho a decidir (faltaría más). Es cierto que los discursos ante la militancia son pura exaltación partidaria y uno dice lo que los demás quieren oír. Otra cosa bien distinta la constituye su papel como presidente de todos los vascos. Hace meses Urkullu aseguró que la independencia era una quimera en el estado actual del mundo. Ese discurso responsable y de peso rechinaba con el empleado el domingo. No obstante, entendámosle: los peneuvistas no se pueden quedar atrás al sentir el aliento en el cuello de Bildu, que ha revivido el discurso más extremista y reivindicativo. Este asunto ha distorsionado la relación simbiótica del PNV con el PP y el Gobierno de España. Han amenazado con no brindar su apoyo a los presupuestos que Rajoy previó sacar adelante con su soporte. Los vascos aducen que no pueden dar apoyo a este capítulo tan esencial dadas las circunstancias que tienen lugar en Cataluña. Así que ahora nos encontramos ante la tesitura de tener que prolongarlos o que, vaya usted a saber, se tengan que convocar elecciones generales. No se trata de una película de los hermanos Marx, pero da la sensación de que algunos pretenden reeditar el grito de Groucho. ¡Ay!
Publicado en El Norte de Castilla el 27 de septiembre de 2017