Pablo Iglesias e Irene Montero están desconcertados. No comprenden por qué se ha montado un lío tremendo por la compra de su chalé de seiscientos mil euros. A lo grande, como los grandes líderes de la extinta Unión Soviética, aunque la nomenklatura comunista no necesitaba comprar nada; simplemente, lo tomaban prestado. Hasta aquí la diferencia. En el mundo capitalista en el que nos desenvolvemos la gente puede comprar lo que desee en función de sus ingresos. Iglesias y Montero han llegado a la política para quedarse. Al menos durante los próximos treinta años, que es el periodo que dura la hipoteca de esta dacha de lujo. George Orwell retrató la metamorfosis de la ideología comunista en su fábula ‘Rebelión en la granja’, prohibida en la URSS. En ella, los animales se rebelan contra los humanos propietarios de una granja. Liderados por Napoleón, un cerdo alfa, la fauna se alza contra el dueño de la explotación. Napoleón pide un nuevo orden, en el que el hombre se rinda al nuevo poder. Pero pronto Napoleón, escoltado por los perros, comienza a vestirse con ropa y a reclamar una serie de privilegios que terminan por convertir su reivindicación en una mezcla de animal y humano. Orwell retrataba así al sistema comunista. Podemos surgió como fuerza política al abrigo del 15-M. Hicieron acopio del hastío de las clases más desfavorecidas, aquellas que ingresaban un salario basura o, sencillamente, no tenían un sueldo ni expectativas de futuro. La pareja ha subvertido ese objetivo. Ya no aquilatan las ilusiones de todas aquellas personas. Como salida al asunto, han convocado una consulta plebiscitaria. Es decir, o nosotros dos o el caos. El resultado se conocerá el próximo domingo. La pareja debe de estar convencida del plácet de sus bases. De lo que no se han dado cuenta es de que no se trata de una gran casa de campo. El meollo de la cuestión son las ideas. PI e IM ya son casta, aquello contra lo que pareció que tanto luchaban. El referéndum es un acto de idolatría, de culto al líder. Las bases despejarán las dudas sobre este giro copernicano.
Publicado en El Norte de Castilla el 23 de mayo de 2018