La gente no conoce el poder potencial que atesora y, en la mayoría de las ocasiones, no lo aplican como debieran. Un ejemplo de todo lo contrario. Hartos del vilipendio al que estaban siendo sometidos, los jubilados israelíes fundaron un partido para hacer oír su voz en el parlamento y en los medios de comunicación. La idea tomó forma y crearon el Gil (latinizado), el Partido de los Jubilados). Se presentaron a las elecciones en 2006 y obtuvieron siete escaños en la Knéset (la Asamblea), de un total de ciento veinte asientos. Pueden parecer pocos, pero en la intrincada fragmentación política de aquel país es relevante.
Practicando un acto de introspección como el que hizo Ángel Ortiz el domingo pasado en su carta, en España los partidos tradicionales han mirado hacia otro lado durante años, obviando solventar las desigualdades territoriales que aquejan a nuestro país. Hablaba el director de este diario de las sangrantes infraestructuras ferroviarias en Extremadura y, por extensión, del abandono al que se somete a provincias como Soria, alejada de los centros de toma de decisiones y ubicada en mitad de ninguna parte. Y es en este punto en el que quienes padecen este desprecio podrían tomar una reacción espontánea y crear un partido provincial que defienda sus intereses en el Parlamento. Para ello tiene que surgir un sentimiento muy fuerte de pertenencia a una tierra, a una cultura, y tomar cartas en el asunto para luchar por los intereses propios frente a los que se denominan de interés general, ignorando a las formaciones políticas que secularmente les han dejado en la estacada. Esa sería una demostración de fuerza colosal que pondría contra las cuerdas a todos esos politicastros que se arrogan la legitimidad de gobernar para toda España. Si esta idea se extendiese por todo el territorio las cosas cambiarían de verdad. Lamentablemente, la gente ha sido bombardeada durante décadas por unas ideas que han decantado sus sentimientos, generando una dicotomía entre rojos y azules. La oportunidad está latente. Solo hay que hacerse cargo de ella.
Publicado en El Norte de Castilla el 9 de enero de 2019