Esta tarde en el edificio Crea de Sevilla ha tenido lugar la segunda jornada del Programa de Emprendimiento Social de la expedición. Para participar en la Ruta BBVA 2016, además del trabajo de investigación o musical, todos los jóvenes tuvieron que presentar un proyecto de emprendimiento social dentro de una de las cuatro temáticas: educación, sostenibilidad ambiental, economía colaborativa y salud.
De todos los trabajos presentados, eligieron 24 para desarrollarlos durante la expedición. Los proyectos de Celia Herraez de León, de María Alonso y de Pablo de Paz de Valladolid fueron seleccionados y ellos pasaron a llamarse “pioneros”. En la tarde de hoy los pioneros junto con sus grupos han dado un paso más en el desarrollo del proyecto y se han centrado en el “para quién” y en el “qué” de cada proyecto.
Dentro de la categoría de economía colaborativa se enmarca el proyecto de Celia. Su idea es crear una aplicación para intercambiar material escolar. El objetivo es poner en contacto a las personas que ya no van utilizar los libros con aquellas que los necesiten y no puedan comprarlos. En su grupo se encuentra Celia García también de León, tres peruanos y una estadounidense, todos ellos aseguran que lo más interesante del proyecto es que es “un problema real porque todos hemos pasado en alguna ocasión”.
“Música por una sonrisa” es el nombre del proyecto de María. Su idea es crear un aula de música en los hospitales con el objetivo de mejorar la estancia hospitalaria de los más pequeños a través de la música, es decir, utilizándola como terapia. “La música no sustituye ni a los medicamentos ni a los tratamientos, pero hace la estancia más llevadera y que los niños se sientan mejor” asegura María. Laura Lozano de Valladolid que también está en el proyecto comenta que es una idea sencilla pero bonita a su vez porque ayudas a los más pequeños. En este trabajo María combina dos de sus grandes pasiones; la música, que la ha vivido desde pequeña estudiando flauta travesera y piano, y la salud, campo al que se quiere dedicar en el futuro.
El vallisoletano Pablo de Paz se ha decantado por el tema de la educación. Su proyecto consiste en detectar el talento de niños. “La idea es crear una empresa que sirva de consultoría a los padres, de esta forma se les ayudará a la hora a detectar en qué áreas destacan más sus hijos y se les ofrecerán actividades para que puedan desarrollar ese talento” explica Pablo. Lucía de Madrid, una de las integrantes del equipo, subraya que este proyecto “ayuda a luchar con un problema de manera individualizada, de una forma que en los colegios no se puede hacer”.
Estas jornadas continuarán la semana que viene en Madrid y seguro que de ellas saldrán grandes ideas.