Aitor Oroza buscará en los Juegos de Londres su primera medalla paralímpica con el equipo nacional de ciclismo
El bilbaíno afincado en Burgos acumula cientos de kilómetros de preparación en múltiples pruebas por las carreteras castellanas y leonesas
David F. Atienzar |
No cabe duda de que el ciclismo paralímpico es una de las disciplinas más atractivas para el espectador. Desde los tándems hasta los triciclos, pasando por las bicicletas de mano y las convencionales, el abanico de posibilidades se abre año a año, dando cabida a un gran número de deportistas que buscarán la gloria en la cita paralímpica. Un deporte que, en sus inicios, solo contaba con la modalidad para personas con deficiencia visual y que actualmente se divide en doce clases según el tipo y grado de discapacidad. Concretamente, en Londres se celebrarán un total de 50 eventos con opción a medalla. De ellos, 32 serán pruebas de carretera y 18 de pista. El velódromo del Parque Olímpico y el circuito urbano de Brands Hatch serán escenarios de lujo para esta apasionante competición.
Dentro de la Selección Española, la sección de las dos ruedas es una de las más destacadas. Sus 15 representantes buscarán las medallas en un deporte que se sitúa segunda en el escalafón de representación, solo superada por el atletismo con más de veinte deportistas participantes. Y en esa gran montaña, Castilla y León también pone su granito de arena. Aitor Oroza, ciclista con parálisis cerebral residente en la localidad de Los Altos en Burgos, llevará en sus piernas los kilómetros recorridos por tierras castellanas. Su triciclo será un rayo en el asfalto inglés. Bilbaíno de nacimiento, Oroza es uno de los favoritos para hacerse con el codiciado metal olímpico.
Con 36 años, el veterano deportista acudirá a Londres con varios Campeonatos del Mundo y de Europa a sus espaldas, conseguidos sobre todo durante la primera década del siglo actual. Espoleado por la reciente plata conseguida en la tercera prueba de la Copa del Mundo celebrada en Segovia el pasado junio, no hay carretera que acongoje al valiente ciclista.
Pese a la decepción obtenida en los Juegos de Pekín de 2008, donde el agrupamiento de distintas clases dentro de las mismas pruebas mermaron las posibilidades de medalla de Aitor Oroza, los Juegos de Londres se tornan como la oportunidad de oro para saldar la deuda que el ciclismo tiene con este gran luchador, máximo exponente de la capacidad de superación y del compromiso con el deporte.