La judoca vallisoletana, «satisfecha» por la presea de bronce, pese a que aterrizó en Londres con el objetivo de ser campeona paralímpica

«Han sido combates muy igualados, y la cubana ha salido sobremotivada en semifinales y me ha sorprendido»

David F. Atienzar | Londres

Marta Arce volvió a demostrar que está entre las mejores de su categoría y consiguió la medalla bronce en los Juegos Paralímpicos de Londres en la modalidad de judo de 63 kilogramos. Esta presea es la tercera consecutiva que logra la vallisoletana en una cita paralímpica, lo que la convierte en una de las mejores deportistas castellano y leonesas de la historia.

Sin embargo, esta vez, el camino hacia el metal fue más duro de lo esperado. La nota predominante en todos los combates de la categoría fue la igualdad. A pesar de ello, la judoca con deficiencia visual supo mantener la mente fría y consiguió estar entre las mejores una vez más.

«Aquí venimos las ocho mejores, con un margen de diferencia muy pequeño», declaró aún fatigada por el esfuerzo. «Hay mucha igualdad y estoy muy contenta porque esta medalla me ha costado mucho, más que ninguna», indicó la veterana deportista en relación a las dos preseas de plata logradas en los Juegos de Atenas (2004) y en los de Pekín (2008).

Arce destacó que su rival en la lucha por el bronce, la finlandesa Paivi Tolppanen, «quizás venía demasiado confiada al ser mejor técnicamente». Fue su condena, a juicio de Arce, quien aprovechó esta condición para sorprenderla con el ippon con el que ganó el combate. En cambio, «en las semifinales, la cubana venía sobremotivada, ya que le había ganado dos veces anteriormente, y eso me pasó factura», confesó la vallisoletana.

Tras finalizar el combate, Arce saludó a su marido y a su hijo, presentes en la grada junto a otros familiares y les dedicó el triunfo. También tuvo elogios para su entrenador Ignacio Garrote, «sin el cuál esto no habría sido posible», subrayó ya en el podio.