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Tierra Paralímpica

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Dos cowboys hispanos, el viaje de Sir Philip Craven y la alargada sombra de Rusia

 

La ceremonia de apertura de los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro se convierte en tendencia mundial gracias a una gigantesca fiesta de colorido y samba

La caída de la deportista Marcia Malsar con la antorcha y la posterior ovación del público brasileño, el momentazo de la jornada


 

La verdad es que Sir Philip Craven -el mandamás en esto del deporte paralímpico, por la gracia de Su Majestad la Reina de Inglaterra, y por una dilatada trayectoria como atleta y sobre todo jugador de baloncesto en silla de ruedas- tenía ganas de llegar a Río de Janeiro.

Craven, que durante el último mes ha tenido que aguantar todo tipo de presiones e improperios llegados desde el mismísimo Vladimir Putin, quería que comenzaran de una vez los Juegos Paralímpicos de Brasil. Que si no hay presupuesto para los ‘paralympics’, que si no puedes dejar fuera a Rusia, que si la delincuencia, que si el Zika…

Espectáculo acrobático en silla de ruedas. /RICARDO MORAES-REUTERS

Espectáculo acrobático en silla de ruedas. /RICARDO MORAES-REUTERS

No es de extrañar que se tomara con calma la llegada al estadio olímpico brasileño, como exhibió ese vídeo con el que se abrió la Ceremonia de Apertura de los Juegos, en el que se bromeó con el viaje del presidente del Comité Paralímpico Internacional hasta la capital carioca o las prisas que le entraron a Sir Craven después de contemplar el Cristo Redentor.

Fue el pistoletazo de salida a una fiesta de luz y música, en la que como no podía ser de otra forma, la samba fue protagonista antes, durante y hasta… Previsiblemente hasta el próximo 18 de septiembre cuando la llama paralímpica dejé Río con destino a Tokio -pero para eso aún queda mucho y sería injusto hablar en clave nipona después del esfuerzo brasileño-.

Y es que “los brasileiros no desisten nunca”, no se cansó de repetir el presidente del Comité Paralímpico Brasileño, en una clara referencia a los sacrificios que ha tenido que realizar el gigante sudamericano para acoge en prácticamente dos años el Mundial de Fútbol, los Juegos Olímpicos y, desde este miércoles, los Juegos Paralímpicos. El pueblo carioca se encargó de recordárselo al Gobierno Federal con una sonada pitada que cambió el gesto de las autoridades presentes, incluido el de reciente presidente del país, Michel Tener, quien ni siquiera pudo intervenir.

Todo lo contrarió ocurrió con la antepenúltima deportista en portar la antorcha paralímpica. Con la lluvia ya presente en Maracaná, Marcia Malsar se dispuso a recorrer los escasos 50 metros que la tenía que llevar a su próximo relevo, con la mala suerte de resbalarse y caer, dejando la antorcha por los suelos. No hubo tiempo para el silencio, y el público carioca arropó a la relevista con una ensordecedora ovación que la hizo terminar su posta y resumir en apenas unos segundos los valores del deporte paralímpico: caerse para volver a levantarse. Así, una y otra vez.

 

 

La fiesta, para los atletas

Al guiño inicial hacia Philip Craven, quien incidió en la inclusión en su discurso y en los Juegos como fuente de inspiración para toda la sociedad, le antecedió un desfile de dos horas de duración en el que España ocupó el quincuagésimo lugar.

eportistas españoles, en la Ceremonia de Apertura de los Juegos Paralímpicos de Río. /TIERRA PARALÍMPICA

Deportistas españoles, en la Ceremonia de Apertura de los Juegos Paralímpicos de Río. /TIERRA PARALÍMPICA

El equipo del Comité Paralímpico Español, elegantemente vestido con americana beige, pantalón rojo y sombrero del mismo color -gentileza de la marca Luanvi ante el despropósito de Joma-, fue uno de los más dicharacheros, con protagonismo para José Manuel Ruiz como abanderado, pero también para los hermanos Zarzuela.

Alejandro y Pablo, rezagados en el desfile -al igual que el resto de la selección nacional de baloncesto en silla- concentraron buena parte de los flashes con sus llamativas gafas de sol, de montura amarilla, cual despedida de soltero en las postrimerías de la misma.

 

 

Bromas al margen, el desfile pasará a la historia por la imagen del equipo independiente de refugiados, como ya sucediera en los Juegos Olímpicos; al igual que los dos deportistas de Siria que desfilaron ante la ovación del respetable brasileño.

Momentos a los que acompañó también el eterno ‘paseo’ de la delegación china, extensa e imponente, después de hegemonizar el deporte paralímpico en los últimos doce años. En Londres, en 2012, ‘solo’ logró 231 medallas (95 de oro)…

Del toque moderno en la vestimenta de la delegación española se pasó al poco más que ‘taparrabos’ de la exótica isla de Toga; o a la ibicenca moda de las letonas, quienes deslumbraron con tanta blancura.

El rayado traje de República Checa o los acorbatados egipcios ocultaron el debate sobre la ausencia de Rusia, una decisión firme en el caso del Comité Paralímpico Internacional, en la que se desmarcó de las medias tintas de su homólogo olímpico, pese a la contundencia de los informes de dopaje de estado en el gigante ruso.

Al final, la propia llama paralímpica, la bandera o ese colorido corazón que representa a los ‘Jogos’ hasta el 18 de septiembre eclipsaron todas esas previas catastrofistas que ojalá solo se queden en la ‘amenaza’ de Ronaldinho Gaucho de aparecer en la clausura en su nueva faceta musical…

 

 

Temas

Castilla y León rumbo a Río de Janeiro

Sobre el autor

Juan J. López, periodista especializado en Deporte Adaptado de Castilla y León. En clave paralímpica