La llegada del calor ha despertado la polémica sobre lo adecuado de las vestimentas. Muchos son los que deciden dejarse la camiseta en casa y vestir como si estuvieran en la playa… pero en plena ciudad. Una práctica que no gusta a los ayuntamientos y tampoco a los hosteleros, que no ven con buenos ojos la imagen que proyecta ‘el destape’ veraniego en los núcleos urbanos.