En esta inmersión que estoy haciendo en el universo Borgia, le ha tocado el turno al cómic que Milo Manara y Alejandro Jodorowsky dedicaron a la familia valenciana y que ahora Norma Editorial acaba de publicar recogiendo en un volumen los cuatro álbumes que componían la serie “Los Borgia”. Una historia morbosa de crímenes, sexo, traiciones y violencia de todo tipo. Una de las más crudas, violentas y descarnadamente sexuales que hayamos podido leer. Jodorowsky no se corta un pelo y aprovecha la leyenda negra en torno a los hechos históricos protagonizados por los Borgia para ir de provocación en provocación. Menos mal que ahí está Milo Manara regalándonos una portentosa ambientación de la Roma renacentista. A sus habituales mujeres desnudas (¡Lucrecia Borgia convertida en chica Manara!) se unen unos edificios, unos fondos, un vestuario y unos detalles auténticamente memorables.
Es cierto que han pasado ya más de 500 años desde la muerte del Papa Alejandro VI pero los Borgia continúan causando fascinación y siguen siendo presentados como la personificación del Mal. Llevan mucho tiempo vendiéndonos a los Borgia como la primera gran familia del crimen, la Mafia avant la lettre, el Padrino vestido con tiara papal. Que los Borgia sigan causando fascinación resulta normal. Que a estas alturas algunos sigan viendo en ellos a la personificación del Mal resulta simplista y un poco triste. En aquella convulsa época todas las grandes familias se distinguían por su crueldad y su absoluta falta de escrúpulos No sólo los Borgia. Pero, para desgracia suya, la Historia la escribieron sus enemigos, quienes se olvidaron, por cierto, de señalar que los Borgia destacaron por ser mecenas de algunos de los más importantes artistas del Renacimiento. O que Maquiavelo estaba subyugado con la figura de César Borgia al que tomó como modelo para escribir su gran obra, El Príncipe. Una lástima la ocasión perdida por estos dos maestros del cómic europeo de haber realizado la obra definitiva sobre la inmortal familia Borgia.