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Esperanza Ortega

Las cosas como son

Entre cuervos y víboras

 

De cuervos y víboras tilda el cardenal Bertone a los que persiguen la corrupción de la curia vaticana. Mª Dolores del Cospedal se siente perseguida por aves y reptiles semejantes, aunque su denuncia se exprese con un lenguaje mucho menos preciso. “Se trata de desestabilizar al PP”, eso dice. Así elude explicar de dónde viene toda la basura que, más que salpicar a su partido, lo embadurna hasta hacer que despida un olor a cadáver corrupto de más de 20 años. La clave podría estar en el contenido de los discos duros que han dejado inmaculados en su sede de Génova. “Todo es legal”, afirma. Sí, ya sabemos que solo los cuervos más pertinaces descubren la carne adherida. En un debate de la sexta, la semana pasada, el inefable Marhuenda -¿no le han escuchado? Hay que hacerlo para conocer el mundo abyecto por el que nos arrastramos los humanos reptiles- denunciaba que el sueldo de Rajoy y sus ministros es tan escaso que ahuyenta de las labores de gobierno a las personalidades sobresalientes. A este paso, decía, solo los mediocres permanecerán en la política. Ninguna víbora le contestó que los políticos que no esperan enriquecerse empobreciendo al ciudadano no son mediocres, sino honrados y generosos, ¿o es que acaso eran mediocres Gandhi o Luther King? Los dos tenían un sueño, qué casualidad. Quizá piensen ustedes que estoy denunciando el escándalo que han protagonizado este verano desde reyes a curias vaticanas, desde presidentes de gobierno hasta alcaldesas y amiguitos del alma del extesorero. No, no merece la pena denunciar lo archisabido. Lo que estoy denunciado es el escándalo de que a nadie le escandalicen estos hechos. Y mientras arriba se ponen guantes blancos para participar en el juego sucio del dinero negro, debajo los topos horadan agujeros para robar a la manera clásica, limpia. Me refiero a la banda de las alcantarillas, que escavaba túneles para llegar a las cajas fuertes de las entidades bancarias. El jefe de la banda seguía la tradición familiar –su padre le enseñó el oficio-y conocía las alcantarillas tan bien como Robin Hood el bosque de Sherwood, por algo se hacía llamar el Robin de Vallecas. Sus robos no tenían nada de escandaloso. Lo escandaloso es que a su mujer embarazada se le haya adelantado el parto al ser detenida. ¿Acaso fue tratada con brutalidad por la policía o acaso tenía vergüenza, esa sustancia sutil que hoy tanto escasea? Pues sí, me escandaliza el contraste con el tratamiento recibido por Rosalía, la mujer de Bárcenas, cuyo nombre conocemos por los SMS que le enviaba Mariano Rajoy para animarla en un trance parecido. Aunque el botín de ambas bandas, la de arriba y la de abajo, era muy distinto. A tenor de los 25.000 euros que había conseguido la banda de las alcantarillas, Marhuenda la hubiera calificado de mediocre, indigna de codearse en la cárcel con ladrones tan sobresalientes como los que ahora la visitan. Así estamos, cuando Los políticos no tienen sueños, los ciudadanos tenemos pesadillas. Pero estudios recientes constatan otro hecho que ya sabíamos: que un vaso de vino diario ahuyenta la depresión. Bebamos, ¿con quién? Yo preferiría compartir mi copa con el Robin Hood de Vallecas. ¿Será que soy una mediocre o será que me voy acostumbrando a vivir sin escándalo entre cuervos y víboras?

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Sobre el autor

Esperanza Ortega es escritora y profesora. Ha publicado poesía y narrativa, además de realizar antologías y estudios críticos, generalmente en el ámbito de la poesía clásica y contemporánea. Entre sus libros de poemas sobresalen “Mudanza” (1994), “Hilo solo” (Premio Gil de Biedma, 1995) y “Como si fuera una palabra” (2007). Su última obra poética se titula “Poema de las cinco estaciones” (2007), libro-objeto realizado en colaboración con los arquitectos Mansilla y Tuñón. Sin embargo, su último libro, “Las cosas como eran” (2009), pertenece al género de las memorias de infancia.Recibió el Premio Giner de los Ríos por su ensayo “El baúl volador” (1986) y el Premio Jauja de Cuentos por “El dueño de la Casa” (1994). También es autora de una biografía novelada del poeta “Garcilaso de la Vega” (2003) Ha traducido a poetas italianos como Humberto Saba y Atilio Bertolucci además de una versión del “Círculo de los lujuriosos” de La Divina Comedia de Dante (2008). Entre sus antologías y estudios de poesía española destacan los dedicados a la poesía del Siglo de Oro, Juan Ramón Jiménez y los poetas de la Generación del 27, con un interés especial por Francisco Pino, del que ha realizado numerosas antologías y estudios críticos. La última de estas antologías, titulada “Calamidad hermosa”, ha sido publicada este mismo año, con ocasión del Centenario del poeta.Perteneció al Consejo de Dirección de la revista de poesía “El signo del gorrión” y codirigió la colección Vuelapluma de Ed. Edilesa. Su obra poética aparece en numerosas antologías, entre las que destacan “Las ínsulas extrañas. Antología de la poesía en lengua española” (1950-2000) y “Poesía hispánica contemporánea”, ambas publicadas por Galaxia Gutemberg y Círculo de lectores. Actualmente es colaboradora habitual en la sección de opinión de El Norte de Castilla y publica en distintas revistas literarias.