España va bien, va bien, que decía el otro; España está servida, confirmamos nosotros. Podríamos encajar la situación en una chanza muy conocida sobre el dictador Franco: Españoles, hace unos años estábamos al borde del precipicio; hoy hemos dado un paso al frente.
Cuando aún no se han desvanecido las fanfarrias triunfalistas de la convención popular del pasado fin de semana, dos días después supimos que el desempleo aumentó en más de cien mil personas y que las afiliaciones a la Seguridad Social se desploman. Tenía razón Dolores de Cospedal: fuera del PP no hay nada. Se refería a asuntos domésticos, pero la sentencia sirve lo mismo para un roto que para un descosido. Hay que interpretar a la secretaria general: lejos del corrillo no hay nada. En el interior del partido hay algo, porque siempre habrá un puñado de cargos dispuestos para los que vayan cayéndose de la primera línea. En el exterior, en la calle, hace un frío que pela. Hiela en las almas de los desamparados por el Estado, más de dos millones de personas que no tienen ninguna prestación. Nada, que diría Cospedal. El Gobierno, por boca de sus secretarios de Estado de Seguridad Social y Empleo, asegura que hay motivos para la esperanza. Se felicitan por que el número de parados ha aumentado menos que en el pasado. Esto puede explicarse fácilmente: se ha vaciado tanto el saco del trabajo que ahora es casi misión imposible mandar a grandes cantidades de trabajadores a la calle. Es como llevar cinco monedas en el bolsillo y perder tres: aún te quedan dos.
Las cifras de la actividad productiva en España muestran claramente que el Gobierno de Rajoy es la nada. No ha puesto en marcha medidas de estímulo; no fluye el crédito; crear una empresa en este país es un calvario; sueldos a la baja, consumo por los suelos y corrupción. Recortar es muy fácil, no hay que ser un genio ni frotar la lámpara. Los números no conocen de magia. Vivimos en el país de la nada, con una mano delante y otra detrás. No se vislumbra otra luz que el estallido social.
Publicado en El Norte de Castilla el 5 de febrero de 2014